miércoles, 20 de abril de 2011

Constelaciones Familiares, Homeopatía y Psicoterapia, por Mª Esther Murie

Desde mi experiencia como psicoterapeuta  de Vidas y Vivencias Pasadas podríamos decir que, cuando uno pasa por este tipo de experiencia transpersonal -es decir, lo que está en el inconsciente lo traemos al consciente- , creamos como un escenario donde el paciente o actor permite que el psicoterapeuta o director, ayude a recrear un escenario mental, donde poder sanar cualquier emoción, trauma, creencia o suceso que hubiese dejado tal huella en su memoria, consciente o no, que no lo dejase avanzar en su vida cotidiana. Bien puede ser una pésima relación con el padre, la madre, la familia, un abandono a una temprana edad, la desaparición de la madre o el padre de forma inesperada y no resuelta, un parto difícil…, en definitiva, se puede trabajar con cualquier pensamiento, emoción e incluso con cualquier síntoma físico que suele estar ligado a una emoción y/o pensamiento. También se puede trabajar cualquier frase de aquel maestro o profesor que pudo haberle dejado marcado, por ejemplo: "deja de estudiar que tú para esto no sirves" y su percepción es de que lleva un letrero en la frente de "eres un inútil". En definitiva, hay que dejar que el paciente nos diga qué quiere trabajar y así tener un hilo conductor hasta que la persona se dé permiso a sí misma de soltar lo que de alguna manera lo tiene atrapado, bien sea un pensamiento, un mal recuerdo, un maltrato físico o psíquico, un abuso sexual, un parto difícil, etc., para tratarlo y trabajarlo desde el respeto y el amor.
Otro aspecto importante a señalar es que cuando se hace psicoterapia, a veces no se tiene en cuenta toda la energía que el paciente "deja ir" o desprende de sí mismo. Somos seres vivos y autónomos que tenemos un campo energético que generamos nosotros mismos y que seguramente hemos visto en algunas imágenes como campo energético o aura. Ahí es donde se acumulan energías que, cuando se hace psicoterapia y esto no se tiene en cuenta, los que están cerca quedan contaminados, como sucede con las constelaciones familiares. Nos piden que hagamos de AGRESOR y toda la energía que pudiese desprender la persona agredida se la lleva cualquiera de los que están allí; nos piden que ayudemos a revivir un abandono y nos llevamos la tristeza de la otra persona, de manera que a veces escuchamos como nos dicen los que hicieron constelaciones: "estoy mal porque el fin de semana me tocó constelar....", es decir: ME PROPUSIERON QUE HICIESE DE AGRESOR, LO HICE Y ME SIENTO MUY MAL... ¿lo hice por ayudar? ¿lo hice porque me impliqué? ¿lo hice porque no me supe negar a hacerlo y me dejé llevar por el terapeuta? En definitiva, cargué con un rol que no me pertenecía, junto con toda la carga de pensamientos y emociones que tampoco eran míos. Esos pensamientos y emociones se han convertido ya en energías que ahora sí van actuar en nosotros como si fuesen nuestros y harán que sintamos un caos y confusión que tendremos que solucionar con más sesiones, y lo justificaran diciendo "... ¡por algo debe ser!!  y detrás de esa frase se esconde un malintencionado sentimiento de culpa que envuelve al individuo dejándolo atrapado en ella.  Podríamos comparar esta práctica como si en un hospital al entrar en quirófano operasen a dos o tres a la vez sin tener en cuenta la higiene y la separación de cada individuo y su enfermedad, de manera que el postoperatorio es más traumático que la enfermedad que padecían con anterioridad los pacientes.
Mi pregunta es: ¿es éste un método sano y saludable de terapia, o es un método manipulativo y captador de posibles víctimas que, como quedarán atrapadas en una no-resolución al sus conflictos, siempre volverán para ver si en la próxima vez están mejor? ¿No es esto lo que los argentinos llaman "basurear"?
Hellinger, después de dejar el sacerdocio en Alemania, creó este método que ya ha sido considerado por la Asociación AIS de Barcelona como un "método de terapia sectario", donde podemos encontrar alguna traducción del alemán al español en el cual se le denuncia por constelar en público con un grupo de personas, entre las que se encontraba una madre y un hijo, el cual sacó toda su rabia contra la madre. El resto de personas que constelaban volcó sus emociones negativas hacia la madre y  ésta al día  siguiente se suicidó.
Y es que, como dice Andrés Guerrero en su artículo sobre "Constelaciones familiares y Homeopatía", si no hay AMOR Y COMPRENSIÓN de nada sirve esa terapia o, mejor dicho, sirve para atrapar posibles víctimas y tenerlas enredadas en una especie de tela de araña, abducidos mental y emocionalmente, donde acuden cada semana sin avanzar hacia ninguna parte, solo dando vueltas unos alrededor de los otros mientras el director los observa sin ninguna intención más que la de seguir así por tiempo indefinido. Hay personas que llevan años haciendo esta terapia y las familias de los afectados se sienten impotentes de hacer nada ya que, aunque en AIS (Barcelona) los consideren de tendencia sectaria, la ley en España no está regulada y es difícil actuar.
Si los métodos de Psicoterapia se parecen a una actuación teatral-mental donde el paciente toma y da roles a diferentes personas en su imaginario-mental-emocional y pensamos  que todo nos lo hemos inventado, recordemos el dicho latino "inventare est encontrare", de manera que, si hemos hecho inventario y hemos encontrado la respuesta a aquello que nos tenía en vilo, ¡¡bienvenida sea!! Lo más importante es RESOLVER, SIN CULPABILIZAR O VICTIMIZAR A NADIE. Es así y es desde el Perdón, donde la resolución y sanación será completa.
Pero ante todo lo más importante es que el psicoterapeuta no influya en el paciente y no lo manipule. Que cuando salga aquello que fue más traumático y doloroso, lo trate desde el afecto y la comprensión, con la suficiente distancia para no implicarse.
Podíamos decir que en las constelaciones familiares se utiliza el método Stanislavki de teatro, con todos los asistentes participando, donde su método de las acciones físicas queda reflejado en la actuación de los participantes, cargando todos con ellas. Mientras que una Psicoterapia sería un método dialéctico, como proponía Brecht, donde la parábola, la utopía y la realidad, proponían cambiar el mundo (el del paciente) como un teatro épico, donde el espectador no solo vive la representación sino que además tiene la posibilidad de analizarla. La catarsis debe darse "in situ" mientras que el terapeuta guarda su distancia, ya que sin ésta no hay observación ni acertada forma de ayudar."
Las sociedades occidentales actualmente carecen de rituales donde  las familias, los jóvenes y adultos puedan "ritualizar" lo que les ha sucedido en un corto periodo de tiempo, sea agradable o desagradable, por ejemplo, un nacimiento, una boda una muerte etc. Cuando sucede algo así, al estar en crisis una serie de valores e instituciones, como la Iglesia por ejemplo, más allá de lo que la cultura de cada lugar pueda hacer, como las fiestas locales, cargadas de connotaciones consumistas, no se produce un ritual donde queden "exorcizadas" las emociones de alegría o de dolor que cada individuo o grupo haya acumulado, como sucede con los grupos sociales o tribus de los Pueblos primitivos o First Nations en EUA o Canadá o América Central y del Sur.
Esto, junto con nuestro bagaje religioso-represivo y político-dictatorial de nuestra sociedad occidental, da como resultado estos pseudo-rituales creados por técnicas sofisticadas de manipulación que no incluyen la creencia religiosa o el miedo al infierno, sino que solapadamente trabajan con el sentimiento de culpa, que no deja de ser el mismo con el que ha estado trabajando durante siglos la Iglesia, para tener así adeptos atrapados como moscas, en vez de trabajar con la responsabilidad de nuestros actos.
En el caso del ritual de las constelaciones no hay un Dios Redentor, sino un dedo acusador o acusadores/acosadores, que hacen que el individuo se sienta con ganas de desaparecer del mapa terrestre. A esto deberíamos añadir  la mezcla de culturas y religiones que existe en nuestra sociedad actual haciendo una amalgama o tejido social, que la sociedad vive de manera directa le guste o no, a no ser que solo se mire su propio ombligo.
En las constelaciones familiares los individuos viven en carne propia el miedo, la rabia, la tristeza o la violencia del otro sin filtro ni control y, como dice Michel Maffesoli, -conocido sociólogo y filósofo francés en su artículo del País Dominical 2005-  "...cualquier explosión emocional de los individuos que tenga que ver con la violencia, HAY QUE HOMEOPATIZARLA..."  Es curioso que utilice ese término justamente, aunque sabemos que Maffesoli siempre fue muy atrevido al desarrollar e investigar temas como la sexualidad, la astrología, etc., que a veces le trajeron muchos problemas pero sus previsiones se están cumpliendo cuando introdujo el paso de lo individualista al concepto de las tribus o patrias urbanas en su libro El tiempo de las tribus.
Seguramente Maffesoli se trató con Homeopatía, ya que entendía perfectamente de qué hablaba y por qué usaba ese término: "....nuestra sociedad quiere ser aséptica pero como eso es imposible y se reprimen las formas más primitivas del individuo, es más ni se contemplan, cuando se quiere eliminar el riesgo, ese riesgo se vuelve perverso. En latín, pervertir quiere decir "tomar caminos distintos” y la situación explota y no se puede dominar..."  de aquí que aparezcan estas formas perversas que abducen a los individuos de forma sutil pero al final manipuladora.

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