jueves, 1 de marzo de 2012

Homeopatía y Ayurveda

Dentro del curso de Postgrado de Medicina Natural de la Universidad de Zaragoza, he tenido la suerte de asistir este fin de semana pasado a una introducción a la medicina Ayurveda, impartido por José Manuel Muñoz y Prachiti Patwardhan.

Hago un breve resumen de lo que allí se dijo y posteriormente señalaré las relaciones y las diferencias que puede tener con la medicina homeopática.

El Ayurveda es la medicina tradicional mayoritaria en India. Sus orígenes se remontan al año 2000 a.C.

Antes del Ayurveda se encuentra la cultura dravínica.

El Veda se compone de varios textos: Rigveda, Atarvaveda y Samaveda.

En el periodo clásico aparecen el Carakasamita, Susrutasamita y el Astangahrdayasamita, que son libros relacionados con la salud y la medicina. Hay una evolución desde el Veda a la lógica filosófica (Samkhya y Vaisesika) y a la visión científico-técnica (Carakasamita y Susrutasamita).

El conocimiento se ordena en tres apartados: la ontología –el universo observable-, la epistemología –el método científico- y el orden para un fin –tecnología e innovación.

En el Ayurveda hay cinco elementos: el espacio o éter, el aire, el fuego, el agua y la tierra. Este orden es un orden evolutivo de mayor liviandad y delicadeza a mayor pesadez y grosería. Todos estos elementos se pueden encontrar en cada órgano o fluido.

Los doshas son los humores (combinaciones de los anteriores elementos) y que hacen funcionar la vida. Los doshas son tres: Vata, Pitta y Kapha. Los elementos y sus interacciones pueden describirse a partir de 10 parejas de cualidades y un número mayor de karmas o acciones. Estas acciones son: aperitiva, digestiva, emética, emanagoga, diurética y laxante.

Los tejidos en Ayurveda son: el plasma (rasa), el músculo (mamsa), el hueso (asthi), la sangre (rakta), la grasa (medas), la médula (majja) y el semen y el óvulo (sukra).

Todo este movimiento produce un metabolismo que genera tres desechos: las heces (sakrt), la orina (mutra) y el sudor (sweda).

Cada uno de los doshas genera un movimiento que cuando está equilibrado hace que el organismo funcione adecuadamente y que además confiere unas características a la persona. Así las personas en las que predomina el vatadosha se caracterizarán por su movimiento equilibrado; si predomina el pittadosha se caracterizará por su buena digestión y por el buen funcionamiento de sus procesos endocrinos; y si predomina el kaphadosha tendrá una buena estructura y musculatura.

Dentro de estos movimientos –doshas- podríamos señalar una serie de submovimientos específicos:

Dentro de VATA encontraríamos: prana (inspiración), udana (espiración), vyana (circulación), samana (separación entre aprovechamiento y desecho), y apana (defecación).

Dentro de PITTA encontraríamos: pachaka (digestión), ranjaka (mantenimiento y nutrición caracterizado por dar color a la sangre), sadhaka (transformación), alochaka (equilibrio) y bhrajaka (piel).

Dentro de KAPHA encontraríamos: bodhaka (salivación y bolo alimenticio), kledaka (división del bolo alimenticio), avalambaka (lubricación del sistema cardio-pulmonar), tarpaka (sistema nervioso), y sleshaka (líquido sinovial).

Cada persona tiene una constitución personal (llamada doshaprakti). Es una constitución original y que no deja de serlo jamás. Las circunstancias o los desequilibrios pueden cambiar las características, pero es algo –como hemos dicho- circunstancial y patológico. La constitución de una persona marca su tendencia a enfermar. Es el conjunto de tendencias con las que venimos al mundo. La proporción ideal sería la constitución equilibrada de los tres doshas.

La mayor parte de la atención del Ayurveda se centra en el AGNI (digestión) y en el AMA (provocado por la mala digestión).

Los tejidos dan soporte al cuerpo. Los doshas, cuando se desequilibran, afectan o modifican los tejidos (dhatus).

El plasma (rasa dhatu) está presente en el corazón y en el sistema vascular y su función es nutrir. Aparece dentro de tejidos secundarios como la menstruación y la leche materna. Y produce como producto de desecho el moco.

La sangre (rakta dhatu) está presente en el hígado y el bazo y su función es dar vida y colorear la sangre. El tejido secundario son los vasos sanguíneos y el desecho es la bilis.

El músculo (mamsa dhatu) está presente en toda la masa muscular. Su función es dar fuerza y protección. El tejido secundario es la piel y el desecho es el cerumen, el moco y la piel muerta.

La grasa (meda dhatu) está muy distribuida por todo el cuerpo. Su función es dar protección, lubricación y termorregulación. El tejido secundario es la grasa subcutánea y el desecho es el sudor.

El hueso (asthi dhatu) está también muy distribuido y su función es dar soporte y protección. El tejido secundario son los dientes y el desecho es el vello y las uñas.

El tejido nervioso (majja dhatu) está presente en el sistema nervioso, la médula ósea y las articulaciones. Su función es la lubricación, la cognición y las actividades sensoriales y motoras. El tejido secundario es el cabello y las lágrimas y el desecho es el sebo de la piel.

El tejido reproductivo (sukra dhatu) está presente en las gónadas y se encarga de la reproducción y generación de tejidos. No tiene tejidos secundarios ni desechos.

Los canales (srota) están hechos de los distintos tejidos. Son los espacios a través de los cuales circula todo: los doshas y los productos de desecho. El gran canal es el tubo digestivo. Cada tejido tiene su canal más otros como prana, udaka, ana, orina, heces y sudor. El concepto de canal es tan importante como el concepto de tejido. Los desechos (malas) son las heces, la orina y el sudor.

La salud para la medicina Ayurveda es el equilibrio humoral, la eliminación de los desechos, canales y tejidos óptimos, buen fuego digestivo, mente y órganos de los sentidos alerta. (Susruta Samhita Sutrasthana, XIV:41).

El ejercicio –junto con una sexualidad adecuada-, el descanso y la alimentación son los elementos perfectos para mantener una buena salud. La enfermedad es el desequilibrio (en la India se la considera como “un ataque contra la sabiduría”) y lleva al individuo a actuar contra sus intereses más elementales.

En la medicina Ayurveda el diagnóstico se realiza por medio del pulso, de la orina, de las heces, la lengua, la voz, el tacto, los ojos y la apariencia. Para el diagnóstico se necesitan: percepción, inferencia (interrogatorio) y autoridad (conocimiento de todo lo estudiado en la Universidad o de la ciencia ayurvédica).

Los tratamientos más importantes serían:

La eliminación de las doshas fuera del organismo
El apaciguamiento de doshas en el organismo
La cirugía
El rejuvenecimiento de los tejidos
La salud mental y espiritual.

AGNI es el fuego de la digestión. Cuando AGNI no es adecuado se produce AMA, es decir, el residuo provocado por una mala digestión. Puede esparcirse por el resto del organismo. Las especias estimulan AGNI y ayudan a corregir enfermedades y a completar tratamientos.

Para los tratamientos hay que tener en cuenta también los sabores y su elemento (o elementos) correspondiente:

Amargo (éter<>aire)
Astringente (tierra<>aire)
Dulce (tierra<>agua)
Salado (agua<>fuego)
Picante (fuego<>aire)
Ácido (tierra<>fuego)

Dentro de las tareas diarias para la salud, la doctora Prachita expuso las siguientes:

Levantarse pronto
Aseo personal
Atender a las llamadas de la naturaleza
Defecar
Cepillar los dientes
Hacer enjuagues con aceite de sésamo
Administración nasal de unas gotas de aceite de sésamo

Inhalación de humo medicinal
Ejercicio (caminar, yoga, siempre sin forzar más allá de la mitad de la capacidades)
Masaje personal con aceite después de las comidas
Exfoliante en polvo
Baño con agua caliente (tibia para la cabeza)
El sueño

Dependiendo de las estaciones también se producen cambios en las doshas y en el metabolismo. Por eso lo correcto es adaptar nuestros hábitos a las estaciones.

Relaciones entre la Homeopatía y la medicina Ayurveda

A simple vista y tras la lectura de estos apuntes, más iniciáticos y didácticos que profundos, aparecieron en mi cabeza distintos nexos comunes que me gustaría comentar.

Lo primero que salta a la vista es que la medicina convencional es ególatra y despectiva, ya que considera a cualquier otro sistema medicinal como insuficiente y primitivo, e incluso lo califica dentro del apartado de alternativo y complementario. Visto lo visto con el Ayurveda e igualmente con la medicina homeopática, parece evidente que la medicina convencional con lo único que cuenta es con la gran cantidad de intereses creados a su alrededor (económicos, sobre todo) que favorece que se aplique de un modo abusivo y protocolario, cuando la gran mayoría de las patologías podrían perfectamente encontrar solución o alivio en otros sistemas terapéuticos como el Ayurveda, la Homeopatía, la Acupuntura o la Medicina Tradicional China.

Comentaba Prachiti Patwardhan que la medicina Ayurveda sabe perfectamente cuáles son sus límites y que, una vez que la patología en cuestión o el paciente en concreto han superado esos límites, la solución a aplicar suele ser la cirugía. Curiosamente, cuando se denigra a la Homeopatía, también se le aplica el criterio de que la Homeopatía no tiene acceso a la cirugía o que el uso de la cirugía es reconocer la debilidad de la terapia o del sistema terapéutico aplicado. Nada más lejos de la realidad. Desde el principio, los médicos homeópatas que practicaban esta terapia sabían que la solución no estaba en la cirugía e intentaban evitarla en la medida de lo posible, pero en ningún momento se opusieron a su utilización cuando creyeron que era necesaria o cuando la homeopatía no tenía posibilidades de corregir el desequilibrio.

Otra cosa curiosa es que la medicina convencional “se apropia” de la cirugía y blande sus avances en esta materia como si fueran grandes éxitos de la técnica y de la medicina convencional y farmacológica, cuando la realidad es bastante más desastrosa: el éxito de la cirugía lo que descubre es el fallo estrepitoso de la medicina preventiva y de la capacidad de nuestras autoridades sanitarias para hacer que los pacientes se tomen en serio su salud. La cirugía no es patrimonio de ninguna terapia sino que, al contrario, es la última puerta abierta a los límites de todas y cada una de las terapias o de las medicinas. Apropiarse de la cirugía como defensa de la medicina convencional no es más que otro rasgo de lo egocéntrica y acaparadora que puede ser esta.

El otro día leí un artículo en el periódico en el que un médico, escéptico, decía que no hay medicinas alternativas ni complementarias ni nada y que, cuando un producto, un medicamento, una técnica demuestran “evidente y científicamente” su validez, pasan a formar parte de “LA MEDICINA” (con mayúsculas) y deja de ser patrimonio de las otras terapias. Es posible que tenga razón este señor y esta opinión, pero esa medicina de la que él habla no es otra cosa que acaparadora, presumida y despectiva, porque solo admite hechos puntuales, despreciando todo el desarrollo humano y terapéutico de los sistemas en que están entroncados. Es decir, coger una técnica y sumirla en la llamada MEDICINA, no es más que cortar una flor de su mata y ponerla en un búcaro, donde adornará los cielos de los médicos y matasanos, pero donde no tendrá oportunidad de florecer fuera de su planta madre, de sus sistema, de sus raíces.

Otra de las cosas que me llamó la atención sobre la medicina Ayurveda es que hay en la India muchísimos más hospitales y centros sanitarios ayurvédicos que de los otros sistemas terapéuticos. La Homeopatía es la segunda medicina en cuanto a número de hospitales y la medicina convencional queda a bastante distancia de estas dos. Por eso, me resulta sorprendente que los escépticos y los médicos convencionales se atrevan a decir que estos sistemas terapéuticos son deficientes y que pueden matar más que sanar, que no debemos ponernos en manos de estas falsas terapias porque solo pueden traernos tardanza a la hora de aplicar curación a nuestras patologías. De verdad que suena a bastante cínico y parece, como he dicho en algún otro texto, como si los de la India además de pobres y subdesarrollados fueran tontos, a los ojos de los europeos, sin darse cuenta de que con muchísimos menos medios, tienen muchísimas más posibilidades de ser curados de un modo suave, profundo y duradero, sin tener los problemas iatrogénicos de esta maldita medicina de Occidente.

Centrándonos más en las relaciones con la Homeopatía, merece la pena señalar el concepto de dosha ayurvédico que ellos traducen como constitución. Esta constitución reúne por una parte los signos y rasgos físicos del paciente junto con las tendencias o diátesis de carácter hereditario. En Homeopatía manejamos las tres constituciones fisiológicas: la carbónica, la fosfórica y la fluórica. Cada una de estas constituciones tendría unas características físicas y fisiológicas y, además, mostraría los puntos débiles por donde se tendería a enfermar o a mostrar desequilibrios. La carbónica se correspondería a grosso modo con la kaphadosha, la fosfórica con la pittadosha y la fluórica con la vattadosha.

Es importante también señalar que estas constituciones ayurvédicas establecen relaciones con lo que en homeopatía se llaman los miasmas, y que son las tendencias heredadas por los sujetos, que no siempre devienen en enfermedad, pero que indican los caminos patológicos cuando aparecen. Los miasmas homeopáticos originales serían: la psora, la sycosis y la syphilis. De la mezcla de estos tres aparecerían nuevos miasmas como el tuberculinismo y el cancerinismo. Sobre las relaciones entre estos miasmas y las doshas ayurvédicas no tengo datos en este momento para establecer relaciones que puedan ser consideradas aceptables y objetivas.

De la medicina Ayurveda hay que destacar que, al igual que otros sistemas terapéuticos, se basa en signos y síntomas. El propósito del interrogatorio en Ayurveda es el descubrimiento de la dosha o las doshas que son originales en el paciente, para desde ahí poder establecer los síntomas que están desequilibrados o que muestran a qué esfera pertenece el desequilibrio. En Homeopatía la constitución es importante pero no fundamental. Nos interesa saber si su constitución física se corresponde con la patología o los síntomas que presenta el paciente, pero no es un factor de primer orden, al contrario que los síntomas o signos miasmáticos, que sí que son indicadores de primer orden. Lo curioso es que a través de un amplio interrogatorio se llega a la obtención de síntomas que ayudan a la selección del tratamiento adecuado. Esto es igual en Homeopatía que en Ayurveda. Ese interrogatorio se extiende a todos los aspectos de la vida del paciente, no solo fisiológicos, sino también físicos, de hábitos y de costumbres dietéticas, así como de deseos y aversiones. Igualmente la medicina Ayurveda tiene grandes éxitos en el tratamiento de enfermedades de orden psicológico o emocional.

Otro punto interesante es el conjunto de sustancias que emplea la medicina Ayurveda y que se compone de plantas (fitoterapia), minerales y metales, siendo estos últimos preparados de diferentes formas y diluidos para que no produzcan efectos perniciosos sobre los pacientes. No llegué a saber si utilizan otro tipo de sustancias, como hace la Homeopatía, tales como tejidos enfermos o exudados patológicos.

Finalmente me resultó curioso cómo la Homeopatía –al menos en manos de los clásicos- y la medicina Ayurveda basan gran parte de la curación del paciente en el cambio de hábitos alimenticios y de la ingesta de alimentos adecuados que reequilibren el organismo para que este pueda volver a funcionar lo más adecuadamente posible.

Creo que la Homeopatía y la medicina Ayurveda son sistemas abiertos al mundo y que, dentro de sus sistemas conceptuales y terapéuticos, son capaces de aceptar cuanto de bueno puedan tener otras terapias y otros sistemas, sin cuestionar nada, salvo que puedan ser subsumidos dentro de la praxis diaria y que los resultados ofrezcan grados de efectividad suficiente, efectividad que procede de los resultados y no de las supuestas evidencias científicas. Ni a la medicina Ayurveda ni a la Homeopatía les importa demasiado el por qué funciona sino que lo que les importa es simplemente que funcione.

Como oí decir una vez, “los homeópatas se han preocupado muy poco de explicar el por qué de su medicina y han pasado toda la vida dedicados a atender a sus pacientes, dando con ellos pruebas de que sobradamente funciona y es efectiva y potente”. Creo que esto es perfectamente extrapolable a la medicina Ayurveda.

Para concluir, quiero dar unas grandes y merecidas gracias a José Manuel Muñoz y Prachiti Patwardhan, por su magnífica coordinación, por su amable explicación y por su amor por la medicina y a los pacientes. Para más información, http://www.centroayurveda.es

2 comentarios:

  1. Hola Andres. Muy didactico tu resumen, me ha resultado de mucha utilidad. GRACIAS!!!

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  2. He tenido el placer de conocer personalmente a Andrés. Ahora compruebo la calidad de su trabajo, que es el fruto del rigor y la experiencia. Muchas gracias por ilustrarnos, esta vez respecto del Ayurveda, y tantas veces sobre la venerable Homeopatía.

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