sábado, 28 de febrero de 2009

Homeopatía y Fuerza Vital: Cómo funciona la Homeopatía


No sé si es conocido de todos que existe un premio de un millón de dólares (ofrecido por uno de los muchos escépticos) para aquel que sea capaz de demostrar que la Homeopatía funciona y que sea capaz de demostrar que se pueden diferenciar dos remedios diferentes, más allá claro de las distinciones que establezcan los nombres que aparecen en los tubitos o en los frascos. Todo ello, evidentemente, de un modo CIENTÍFICO.

Como se puede ver a lo largo de las páginas de este blog, el asunto económico -en este caso, la cuantía del premio- no me importa en absoluto, es más, si me obsesiono con la desorbitada cantidad, puedo hasta ponerme nervioso. La verdad sea dicha, me conformo con intentar explicar cómo funciona la Homeopatía para que las personas que no la conocen puedan hacerse una idea aproximada y cómo diferenciar entre dos remedios simplemente por sus efectos. Que lo consiga, eso ya es otra cosa.

Samuel Hahnemann, padre y maestro de la Homeopatía, siempre hablaba de FUERZA VITAL, de la VIDA, de la FUERZA de la VIDA y, cuando lo hacía, no se refería más que a lo que muchos antes de él habían denominado VIS MEDICATRIX, es decir la fuerza sanadora que habita en todos los seres vivos por el simple hecho de estar vivos. Resulta difícil para los escépticos, científicos del ver y tocar, médicos y terapeutas acostumbrados a las mínimas palabras y a la receta rápida, creer en la existencia de esa Fuerza Vital. Por eso, los homeópatas -al menos en medida mucho mayor que otros colectivos terapéuticos y científicos- creemos en la VIDA, en la FUERZA VITAL que alienta en las criaturas, que las mantiene en perfecto estado de funcionamiento para cumplir el fin con el que fueron creadas. Somos más tendentes a creer que hay algo en los seres vivos que nos une en hermandad y en afinidad, porque la FUERZA VITAL, la energía de la VIDA que nos mueve es la misma, es de la misma calidad y potencia, que la de cualquier otra criatura. Por eso, tendemos a CONFIAR y nuestra CONFIANZA se acrecienta cada vez que la Homeopatía nos sorprende con sus efectos, con sus curaciones y con su potencia.

Me gustaría, aun pecando de prolijo y pesado, reproducir las palabras de Samuel Hahnemann sobre la FUERZA VITAL.

"En el estado de salud del hombre, la energía vital inmaterial (soberana), la "dinamis", que anima el cuerpo material (organismo), reina de un modo absoluto, y mantiene todas las partes del organismo en una admirable y armoniosa actividad vital, tanto en sus sensaciones como en sus funciones, de tal manera que el espíritu dotado de razón que habita ese organismo pueda disponer libremente de ese instrumento vivo y sano para alcanzar los más altos fines de la existencia" (Parágrafo 9)

"Sin la fuerza vital, el organismo material es incapaz de sentir, de funcionar y de atender a su propia conservación (sin energía vital, el cuerpo está muerto, y desde ese momento, sujeto exclusivamente al poder del mundo físico exterior; se descompone y se resuelve en sus constituyentes químicos); obtiene todas sus sensaciones y cumple todas sus funciones vitales solamente por medio del ser inmaterial (el principio vital) que anima el organismo material en el estado de salud y de enfermedad" (Parágrafo 10)

Creo que queda bastante claro simplemente leyendo las palabras de Hahnemann, pero quizás quedaría más claro si lo explicáramos con un símil. Como soy taoísta, ya se me perdonará que utilice la imagen del AGUA para este fin, pero es la que me resulta más fácil y gratificante.

Imaginemos el cuerpo como un campo de cultivo -de regadío en este caso- y pensemos en el agua como la FUERZA VITAL, sin la cual no hay crecimiento de las plantas y el campo queda convertido en erial, en terreno baldío.

En un cuerpo sano, el agua se distribuye a lo largo y ancho del campo por pequeños surcos o canales y alimenta cada pequeño centrímetro de tierra. Es misión del agricultor, cuidar la tierra, controlar la entrada del agua, limpiar los surcos, las acequias, sembrar, cuidar y arreglar lo que allí hay. Mientras hay salud -siguiendo con el simil- el agua discurre plácida y adecuadamente por cada uno de los surcos y revitaliza todo cuanto toca. Cuando hay enfermedad, puede ser por exceso o defecto de la cantidad de agua o puede ser por defecto de limpieza de los surcos o por falta de cuidado en la labor. Esto hará que haya surcos por donde no entre el agua y que haya otros por donde se derive el agua y no deje que se extienda a los surcos vecinos. Si el agricultor no hace nada por corregir estos problemas, el agua inundará todo el campo, pero se llevará por delante surcos y plantas y el trabajo realizado será infructuoso. Así pasaría si el enfermo no hace nada por curar.

Si el agricultor ajusta el nivel de agua que entra por la acequia, limpia los surcos y rehace los caídos, refuerza las plantas y cuida de cuanto allí hay, entonces la enfermedad se hace más improbable o, de haberse producido ya, todo vuelve a su estado de equilibrio y salud.

El símil es fácil de entender y nos ayuda a diferenciar entre salud, enfermedad y el papel de la fuerza vital y del agricultor, que somos nosotros mismos en estado de consciencia.

Imaginemos -en otro esfuerzo de comprensión- que el campo es como los actuales, que no hay surcos por donde discurre el agua, sino que todo está canalizado o con tuberías por donde discurre el agua y, desde un control central se dirige la entrada de agua, la distribución de las mismas a diferentes partes y se acomodan cantidades, fuerzas y tiempos. En fin, un regadío bastante modernizado.

Mientras todo funciona adecuadamente -estado de salud- no hay problema alguno. A veces alguna plantita parece menos alimentada o presenta alguna mancha, pues eso nos indica que algo del riego no funciona todo lo bien que debiera, pero la planta crece y si no queremos hacer obras en el campo y reparar la avería, podemos dejarlo sin que peligre la cosecha.
Cuando hay problemas de que alguna tubería o canalización se emboza o tapona, entonces hay que repararlo adecuada y rápidamente para que la cosecha no corra peligro.
Si todo está automatizado, podemos saber qué partes de la canalización está malfuncionando y cuáles lo están haciendo bien.

Si damos una orden al control central, éste podrá reparar -drenando, purgando, limpiando o activando- los desequilibrios u obstáculos que pueda haber en las tuberías. Pero para ello, deberemos tocar el interruptor adecuado o pulsar el botón necesario para que esta acción se produzca.

Algo así hacen las medicinas homeopáticas. Cada medicina trabaja en todo el campo, pero trabaja mejor en caso de síntomas específicos -o bloques en la canalización-, por eso, según la zona del campo, según la hora, según el defecto que presente se usa uno u otro remedio. El remedio actuará sobre el punto defectuosos y además compensará los desequilibrios de las zonas limítrofes, junto con una acción reequilibrante del control central, de tal modo que la incidencia del problema quede solucionada y el control central no siga mandando señales inadecuadas.

No serviría un remedio homeopático para unos síntomas,un tiempo o una zona diferentes. Por eso, cada remedio tiene sus características específicas y actúa en unas circunstancias determinadas. Muchas veces un solo interruptor o remedio no sirve para devolver el buen funcionamiento a la canalización, sino que es necesario utilizar uno y, cuando hay resultados, entonces dar otro con el fin de ir regulando y activando la instalación.

Resumiendo, el estado de la FUERZA VITAL y su actividad se nos muestra en síntomas y, según esos síntomas, sabremos del estado real y de las posibilidades que tenemos de recuperar el equilibrio. Dependiendo de los síntomas elegiremos un remedio u otro, que actúe en el momento adecuado, con la fuerza adecuada, en el lugar adecuado y que sea capaz de regular ese desequilibrio.

De nada nos sirven indicaciones como "se sale el agua", "parece que no llega el agua", "las plantas no tienen fuerza", "esto se atasca". Esas frases serían más o menos las indicaciones que nos dan a los homeópatas diagnósticos como "sindrome de Fibromialgia", "reflujo esofágico" o "migraña". Son generalizaciones que no tienen relación con nuestros medicamentos y con datos así, es imposible que podamos ayudar a recuperar la salud al enfermo.

Finalmente, muchos pacientes se preguntan cómo es posible que los remedios homeopáticos, tan diluidos que apenas quedan moléculas de la sustancia original, puedan producir efectos apreciables y, lo que es más, si acaso no son placebos azucarados.

Hay una teoría -creo que de parte de la Homotoxicología, rama complejista de la Homeopatía- que sostiene que el sistema inmunitario y especialmente los linfocitos T -llamados también "asesinos naturales"- reciben información sintomática de los remedios homeopáticos y con esa información saben qué hacer con los patógenos, desde identificarlos hasta aniquilarlos o secuestrarlos. La información que recibe el sistema inmunitario es de tipo vibracional o energético y depende del remedio homeopático seleccionado, por eso algunos remedios no funcionarán adecuadamente, dado que la información que contienen no se ajusta a la realidad del caso del paciente. Otros actuarán y producirán una acción exagerada, con lo que la información tampoco será la adecuada y el paciente no recuperará el equilibrio. O, en el último caso, la información será veraz y adecuada y el organismo emprenderá un proceso de recuperación del equilibrio que hará que todo su sistema y sus subsistemas vuelvan a funcionar adecuada y correctamente.

Por mi parte, suelo explicar que a veces la relación entre el organismo y la enfermedad es como una guerra, donde hay espías, tropas escondidas en terreno enemigo, trampas, etc... El medicamento homeopático es elegido por los datos que se tienen, bien porque han sido suministrados por espías, bien porque los vigilantes han dado señales de ellos. Y actuarían como una campana en la noche que llama a arrebato. Tras reunir a lo más granado de las tropas y dotarlas de los mejores armamentos, el medicamento homeopático difunde la información sobre la situación de las tropas enemigas, la cantidad, el armamento y la estrategia a seguir, haciendo que el ejército propio sepa atacar con el menor número de bajas y con la mayor efectividad posible.

Aunque parece que estoy haciendo ciencia ficción o contando cuentos chinos, diré que curiosamente las células cancerígenas son unas de las muchas que no son detectadas por el sistema inmunitario, que las considera como propias y no las ataca, permitiendo su crecimiento y dejando que campen a sus anchas, consumiendo finalmente la vitalidad y el equilibrio del organismo donde se alojan. Muchos medicamentos homeopáticos tienen efectos probados y repetidos en multitud de casos de cánceres, ya que consiguen que el sistema inmunitario detecte a dichas células, las aísle y la termine aniquilando, aumentando en todo momento la fuerza vital y no deprimiéndola como hace la quimioterapia, la radioterapia o técnicas similares.

Bueno, pues no sé si ha quedado todo claro -como era mi deseo- pero es más de lo que he encontrado como explicación en ningún sitio. Seguro es que con explicaciones como éstas no ganaré el premio del millón de dólares, pero me quedaré bastante satisfecho si alguien entiende cómo puede curarle la homeopatía.

lunes, 16 de febrero de 2009

Nutrición y Dietética en la Consulta de Homeopatía (0)

1.- INTRODUCCIÓN
Hace ya mucho tiempo que la homeopatía ha sido centro de debates, no sólo por las peculiaridades de sus técnicas y remedios sino también por la falta de demostraciones científicas que avalen sus innumerables y potentes posibilidades terapéuticas. No sólo es objeto de crítica por parte de los médicos formados en las Universidades –denominados alópatas en la terminología homeopática- sino también por todo tipo de escépticos que no son capaces de ir más allá de lo que las pruebas o técnicas científicas nos ofrecen.

Se dice que la homeopatía no soporta el método del doble o triple ciego y por lo tanto eso la hace incomparable y por ello desaconsejable para cualquiera que viva en el mundo moderno de hoy. Para nada se tienen en cuenta todas las publicaciones con la casuística, remedios empleados, fallos, aciertos, interacciones y resultados publicados desde que, en el siglo XIX, Samuel Hahnemann descubriera y bautizara sus técnicas y terapéuticas bajo el nombre de HOMEOPATÍA.

Se acusa a la homeopatía de que vende agua pues se acude al célebre número de Avogrado para discutir que sus diluciones tengan alguna molécula de medicina y por ello alguna influencia en el paciente o en la enfermedad fuera del efecto placebo.

El caso es que, con todos estos inconvenientes como punto de partida, comencé a estudiar homeopatía en el año 2003 y enseguida me cautivó por sus posibilidades, su suavidad, su profundidad y, sobre todo, porque era el hombre, el paciente, el centro de la medicina y no la medicina o las técnicas en sí. En 2005 abrí mi propia consulta con la idea de poder seguir practicando, experimentando, aprendiendo y sobre todo, ayudando a las personas que sufren.

Tras aciertos sorprendentes incluso para mí y fracasos estrepitosos en situaciones que cualquier naturópata habría resuelto con los ojos cerrados, me di cuenta de que la salud de las personas se fundamenta en muchos pilares, pilares cuyos conocimientos el terapeuta debe manejar con cierta soltura e ir desarrollando e intimando a lo largo de su práctica.

Fue por ello por lo que empecé a participar en foros de Internet donde la homeopatía era el tema principal. He participado en los foros digitales más importantes, debatiendo y aprendiendo de personas más experimentadas. He puesto en práctica muchos de sus consejos y he aprendido muchas y nuevas visiones del arte de curar. Pero fue en un foro con sede en PAKISTÁN, el foro del Dr. Akram donde me vino la idea de complementar mis estudios ya terminados con estudios profundos de Nutrición y Dietética.

Desde ese momento no he dejado de maravillarme de la visión amplia y sabia de Samuel Hahnemann cuando aconsejaba a los médicos de la época que le seguían que pusieran énfasis en aspectos que nunca antes se habían tratado, aspectos de dietas, alimentos deseados y aversiones, efectos de los alimentos sobre los remedios homeopáticos y efectos de las conductas alimentarias de los pacientes.

Esto fue estudiado con acierto y cuidado por muchos de sus seguidores posteriores en este y al otro lado del Atlántico con resultados y publicaciones que hoy todavía agradecemos los actuales terapeutas.

Finalmente contacté con un médico en la India, el Dr. Chetna Sukla, que defendía la tesis del “Similimum” dietético o, lo que es lo mismo, el uso de los alimentos como medicina homeopática. Me puse en contacto con él y, ayudado por sus libros, creo que puedo, ahora y aquí presentar las posibilidades que en la consulta homeopática tiene la dietética, no como algo aislado, especial y ajeno, sino como algo en lo que basar buena parte de nuestros esfuerzos con el fin de ayudar al enfermo a recuperar su salud lo antes y lo mejor posible, sin sufrir la iatrogenia o los efectos secundarios de tantas y tantas medicinas alopáticas como hoy en día son recetadas y ofrecidas a la población sufriente.

2. OBJETIVOS

2.1 Objetivos generales
Dentro de los objetivos que me propongo con este trabajo está el de mostrar la anticipación con que la Homeopatía adoptó normas de carácter nutricional y dietético a la hora de tratar a los pacientes, manteniendo en todo momento una visión totalizadora y holística de la realidad del enfermo. Se puede acusar a estas normas de no ser acertadas en su totalidad por la demostración científica actual, pero no se podrá negar su capacidad observadora y su buen tino en la mayoría de los tratamientos.

Otro de los objetivos que se pretende con este proyecto es el de animar a los que empiezan o a los profesionales ya instalados a que utilicen la gran cantidad de recursos que la nutrición y la dietética plantean para tratar a sus pacientes, ya que el uso de estas normas, aunque sean mínimas, ampliará y hará más rápida y profunda la curación de los pacientes y, lo que es mas, impedirá que el paciente recaiga en sus desequilibrios, ayudando de ese modo no sólo desde un punto terapéutico, sino también desde un punto de vista didáctico.

2.2 Objetivos específicos
Por lo que respecta a los objetivos específicos, me gustaría señalar dos en concreto: el aprovechamiento de las investigaciones y métodos, especialmente éstos, de la dieta de la Zona para fortalecer los tratamientos terapéuticos y como forma fácil de poner en práctica y, como ya he expresado antes, para ayudar a la efectividad de la medicina homeopática; y el segundo, la posibilidad de ampliar las capacidades de la dieta haciendo que los alimentos sean en primer lugar no sólo fuente de energía, sino también fuente de curación –tal y como propugnaba Hipócrates- y que la medicina homeopática sea simplemente un refuerzo y una ayuda para que el paciente cure con naturalidad.

Nutrición y Dietética en la Consulta de Homeopatía (1)

3. LA HOMEOPATÍA: CONCEPTOS BÁSICOS

3.1.- Samuel Hahnemann: Descubridor de la Homeopatía
Samuel Hahnemann nació en Meissner en 1755. Estudió Medicina y Farmacia. Tras sucesivos desencuentros con la clase médica que utilizaba técnicas y medicinas lesivas para los pacientes, Hahnemann decide abandonar la práctica de la profesión profundamente decepcionado.

Se dedica a la traducción de obras científicas (principalmente médicas) ya que dominaba varios idiomas además del latín y del griego. Traduciendo una obra de un investigador escocés sobre los efectos de la quinina, una idea aparece en su cabeza. Decide hacer la prueba tomando quinina y revisando sus efectos. Comprueba sobre sí mismo que los efectos medicinales de la quinina sobre un organismo sano producen exactamente los mismos síntomas que la enfermedad que pretendían tratar, esto es, la malaria. A partir de aquí, se da cuenta de que, en sintonía con los grandes maestros de la antigüedad, es posible conseguir la curación de las enfermedades por medio del uso de medicinas que produzcan los mismos síntomas. En 1791, a partir de sus investigaciones, puso en marcha el desarrollo de la medicina homeopática. Se dio cuenta de que había medicamentos que además de producir los mismos síntomas, actuaban sobre el organismo produciendo efectos secundarios (en la mayor parte de los casos, efectos terribles y permanentes). Como farmacéutico que era, buscó el modo de que estos medicamentos no tuvieran esos efectos por medio de la dilución. Así fue diluyendo los remedios y comprobando los efectos y verificó que cuanta menor fuera la dosis del remedio presente en la dilución, más posibilidades terapéuticas tenía y menos efectos secundarios se producían. Prueba tras prueba fue seleccionando las diluciones que eran más efectivas. También se dio cuenta de que era posible hacer más potente el efecto reactivo de las medicina por medio de la sucusión (serie de golpes dados al frasco que contiene la medicina diluida). Y extrajo sus conclusiones que fueron publicadas en 1810 bajo el título “Organon del arte de curar” en donde expuso todos sus descubrimientos y el protocolo de curación.

Prosiguió con sus investigaciones y se dio cuenta de que muchos de los enfermos que acudían a su consulta y a los que él trataba con medicinas homeopáticas, volvían a recaer pasado un tiempo, bien en los mismos síntomas, bien en otras enfermedades. Fue cuando se puso a estudiar las bases de las enfermedades y especialmente las enfermedades crónicas. Tras años de estudio y de práctica, se dio cuenta de que a casi todas las enfermedades subyacían historias anteriores comunes de enfermedades y que éstas tenían bastantes síntomas y efectos en común. Así publicó su libro “Enfermedades Crónicas” donde definió tres tipos de predisposiciones, a las que él llamó miasmas: la Psora (o sarna), la Psicosis (o Gonorrea) y la Sífilis. La primera se caracterizaría por la hiperactividad, el segundo por la hipoactividad y el tercero por la destructividad.

Samuel Hahnemann murió en París en 1841 tras una fructífera vida de servicio, investigación y entrega y nos dejó un método terapéutico que todos los homeópatas admiramos y que nos permite alcanzar la curación en situaciones donde ningún otro ha conseguido éxito.

3.2.- BASES TEÓRICAS DE LA TERAPÉUTICA HOMEOPÁTICA

3.2.1.- La Fuerza Vital
Se le llama así a la fuerza que mantiene en perfecto equilibrio y organización cada uno de los órganos y funciones de nuestro cuerpo. Gracias a la Fuerza Vital somos capaces de sobreponernos a las enfermedades e incluso no sufrirlas. La Homeopatía es una verdadera medicina porque actúa sobre esta Fuerza Vital, ayudándola a recuperar el equilibrio y la homeostasis, devolviendo a la persona a un estado de salud y bienestar, sin efecto secundario alguno.

3.2.2.- Individualidad Morbosa
Cada enfermo, aun ante una misma "enfermedad", enferma de un modo especial o peculiar. Estas peculiaridades responden siempre a síntomas exteriores y es por estos síntomas por los que se nos descubre la enfermedad.

3.2.3.- Dosis Mínimas
Uno de los valores que posee la Homeopatía es su inocuidad.
El uso de dosis mínimas estimula al organismo sin perjudicarle, haciendo que éste reaccione de un modo suficiente para lograr la curación.

3.2.4.- Individualidad Medicamentosa
Cada remedio tiene una forma diferente de actuar y unos síntomas determinados.
No sirve dar el mismo remedio para la misma enfermedad, sino que hay que buscar el remedio que mejor se adapte a la individualidad morbosa. Ese único remedio ejercerá sus efectos terapéuticos en toda su potencia y amplitud gracias a su individualidad medicamentosa.

3.2.5.- Ley De Similitud
“Similia similibus curentur": Lo similar es curado por lo similar.
Un medicamento que produce síntomas en un hombre sano, empleado en dosis mínimas y potenciadas, tiene la facultad de provocar la Fuerza Vital para que destruya de una manera rápida, radical y permanente la totalidad de los síntomas de un estado morboso.

3.2.6.- Natura – Miasmas
Los miasmas son la fuente de donde surgen las enfermedades crónicas.
Son predisposiciones de los organismos a sufrir ciertas enfermedades. Si la Fuerza Vital se desequilibra, estos miasmas desarrollan sus crisis aprovechando las debilidades de la naturaleza del paciente.
Van desarrollándose como por capas, superponiéndose una a otra. Su desaparición se producirá del mismo modo, capa a capa.

3.2.7.- Experimentación Pura
Es una de las grandes contribuciones de la Homeopatía a la ciencia. Todo medicamento ha de ser probado en el hombre sano para saber cómo actúa y qué síntomas produce. No sabemos cómo actúa si lo probamos en una persona enferma, ya que ‑si cada persona enferma de una manera diferente­- reaccionará de una manera diferente e imprecisa.

3.2.8.- Resumen
Cada individuo reacciona a una infección o a un trauma de acuerdo a su propia naturaleza.
Sus síntomas son el resultado de esta reacción y representan el intento del cuerpo de ponerse bien de nuevo.

El cuerpo reacciona como un todo, cada tejido hace su parte y la totalidad de los síntomas representan un esfuerzo unitario que requiere un solo remedio para alcanzar la curación.
El remedio curativo es el único que estimula una reacción en el cuerpo similar al que ya está obrando sobre el cuerpo: en otras palabras, el remedio provoca los síntomas semejantes a los que ya están presentes.

La reacción curativa del cuerpo es un efecto positivo, esto es, el mecanismo protector es estimulado, no deprimido; de ahí que dosis diminutas de un remedio similar o curativo deban ser usadas, porque pequeñas cantidades de droga estimulan, mientras que grandes dosis, suprimen.

3.3.- La Materia Médica homeopática
La Materia Médica Homeopática es el resultado de las pruebas de cada una de las sustancias medicamentosas que se emplean en homeopatía. Fue de una de estas pruebas –la de la Chinchona Officinalis (quinina)- la que llevó a Hahnemann a percibir las posibilidades curativas que se escondían detrás de las patogenesias. Por ello, él mismo experimentó con un cierto número de sustancias (más o menos unas cien) y fue obteniendo los síntomas que éstas sustancias producían. Fue tomando nota de estos síntomas en su orden, en su situación en relación al cuerpo humano, en su fuerza, en su repetición… es decir, fue analizando cada uno de los síntomas que la ingesta de estas sustancias (diluidas homeopáticamente) producían. Se basó en la dilución 30CH porque a través de sus experimentos constató que era la que producía no sólo síntomas físicos sino también mentales de excepcional valor.

De esta experiencia proclamó que la MATERIA MEDICA PURA era la única posibilidad de utilizar sustancias medicamentosas sin provocar efectos secundarios, y además utilizando toda la potencia de la medicina a favor de la recuperación de los pacientes.

Como he dicho, él probó y anotó unas cien sustancias medicamentosas, pero a partir de su ejemplo se fueron haciendo distintos “provings” de nuevas sustancias con el resultado de que a día de hoy hay una experimentación medicamentosa de alrededor de unos 3000 remedios.
Dado que los métodos de análisis químico de dichas sustancias no estaban tan avanzadas como ahora, Hahnemann lo que hizo fue hacer la prueba de la medicina con un cierto número de pacientes y fue tomando nota de sus síntomas, de su aparición, de los órganos o zonas a los que afectaba, de los tiempos y modalidades de agravación y mejoría, y de cualquier síntoma que apareciera en cada probador. De los resultados de las pruebas en cada uno de los probadores, extrajo aquellos síntomas que se repetían en todos los casos, dándoles el mayor grado; a partir de ahí, según el número de repeticiones, les fue dando un grado inferior.

Además de las pruebas de Hahnemann son muy importantes los “Guiding Sympthoms” de Constantino Hering, americano y seguidor de Hahnemann al que nunca conoció, pero cuya teoría y práctica aplicó con suma efectividad.

En estas pruebas fue donde primero se verificó la influencia de ciertas sustancias sobre los probadores en materia de comida y bebida.

A partir de estas dos materias médicas se han ido añadiendo nuevos provings, que han ido aumentando la cantidad de síntomas y las observaciones particulares de cada uno de ellos. Ha habido materias médicas que han puesto más énfasis en lo orgánico, otras en la experimentación clínica, otras en lo mental-psíquico-emocional… Pero todas al fin y al cabo han ampliado las posibilidades terapéuticas de la homeopatía.

Dentro de los remedios homeopáticos utilizados, Hahnemann utilizó sustancias de los tres reinos: animal, vegetal y mineral. Posterior a Hahnemann surgió la idea de utilizar sustancias enfermas para intentar provocar la reacción de la fuerza vital en el enfermo. Así fue como aparecieron los Nosodes y los Sarcodes. Los primeros son restos de fluidos enfermos, que diluidos homeopáticamente provocan la reacción en el organismo enfermo. No se han utilizado terapéuticamente así como así, sino que de ellos también se han hecho provings y se ha anotado cuantos síntomas aparecieron y repitieron. Su uso está indicado en casos donde la sintomatología coincida y también como medicamentos del terreno para aclarar los síntomas o para reforzar el efecto de otros medicamentos. Dentro de los Nosodes hay una gran número de ellos, pero entre los más destacables están: Medorrhinum (restos de supuraciones blenorrágicas); Luesinum (restos de chancros sifilíticos); Psorinum (restos de tejidos sarnosos); Carcinosinum (restos de tejidos cancerosos)…

Finalmente están también los Sarcodes: los sarcodes son tejidos a los que se les ha inducido una enfermedad y que en dilución homeopática, se utilizan para estimular la reactividad del organismo ante ciertas enfermedades. De entre los sarcodes, los más famosos son: Poumon Histaminum, …

En los últimos tiempos también se han hecho pruebas con sustancias homeopatizadas de medicamentos, sustancias farmacológicas, órganos… todo con el fin de perfeccionar el botiquín del homeópata y de abreviar el proceso de curación junto con la desaparición de los síntomas indeseables.

3.4.- El síntoma, unidad de análisis de la terapéutica homeopática
Desde muchos ámbitos médicos se ha atacado el hecho de que la homeopatía se base en el síntoma exclusivamente, en lugar de en la etiología y en el diagnóstico. También se ha hablado de que la homeopatía desprecia los análisis y las pruebas diagnósticas como medio en la prescripción, y se queda con lo anecdótico de cada paciente.

La realidad es la que es y ya Hahnemann dejó bien claro que es el síntoma la única expresión de lo que está mal en un enfermo y es el mecanismo que tiene su fuerza vital de exteriorizar el desequilibrio.

Realmente no es cierto que el homeópata desprecie las nuevas técnicas o que no realice diagnósticos. Esto es muy importante a la hora de aplicar los criterios clínicos de las medicinas homeopáticas, sin embargo, el síntoma es el que nos ayuda a movernos por la materia medica con seguridad inequívoca.

Hahnemann fue el primero que se basó en el síntoma y el primero que le dio carácter de importancia a los síntomas mentales, pues decía que las emociones, lo que siente el corazón y lo que pasa por la cabeza son de suma importancia para expresar el desarreglo en la homeostasis del paciente. Por otra parte, también se da importancia a los síntomas más peculiares, raros o curiosos a la hora de decidir entre los medicamentos, ya que por el hecho de la individualidad medicamentosa que arriba he explicado, cada medicamento produce unos síntomas determinados y no otros y además estos síntomas lo distinguen de cualquier otro remedio. Por eso, los síntomas generales serán más comunes a los distintos medicamentos, mientras que los síntomas específicos y particulares, serán propiedad única del remedio, lo que nos asegurará el acierto a la hora de la prescripción.

3.5.- El Similimum homeopático
Como ya antes he explicado, la máxima sobre la que se basaba Hahnemann era “lo similar cura lo similar” o, lo que es lo mismo, la medicina que produce la misma patogenesia, dada en dilución homeopática, es capaz de estimular al organismo para que supere esa patología que contiene los mismo síntomas que el remedio prescrito.

Como ya se puede ver, la meta del homeópata es la de comprender todo cuanto el paciente le da como información, seleccionar los síntomas que sean más representativos de la enfermedad y buscar un remedio que cubra en el mayor grado posible dichos síntomas. A este remedio le llamamos el similimum.

Conseguir seleccionar el similimum no siempre es fácil, dado que a lo largo del tiempo el paciente va desarrollando ciertas sensibilidades a las cosas que a veces oscurecen la imagen del caso, apareciendo síntomas que pueden confundir al homeópata, ya que provienen de restos anteriores del proceso y que sin embargo, no pueden ayudar al desarrollo de la situación actual.
Dentro de los remedios homeopáticos tenemos los que llamamos “Policrestos” y lo que llamamos “pequeños remedios”. Los policrestos son los que han producido una patogenesia más abundante, amplia y clara en los provings. Por el contrario, los pequeños remedios son aquellos que cuentan con un patogenesia mucho más breve y su aplicación se ciñe a síntomas muy concretos o a clínicas muy especiales.

Cuando se comienza con un caso nuevo, es muy normal la abundancia de síntomas en el paciente y por ello, casi siempre el tratamiento de esta abundante sintomatología nos lleva a usar policrestos, ya que un pequeño remedio no acapararía todo el caso y podría incluso hasta oscurecerlo aún más. Una vez que el policresto ha sido usado como similimum, habrá síntomas que permanecerán y síntomas que desaparecerán. Sobre estos que quedan es sobre los que se hará la segunda prescripción y es en estos casos cuando los pequeños remedios tienen un a merecida fama de curadores.
Así pues, tanto los policrestos como los pequeños remedios, tanto como los nosodes o sarcodes, utilizados en el caso apropiado y prescrito por la mayor similitud de los síntomas con la patogenesia serán similimum.

3.6.- Los medicamentos homeopáticos: remedios, preparaciones y potencias.
En la época de Hahnemann los medicamentos se daban en dosis ponderales, lo cual provocaba enormes efectos secundarios, que la mayor parte de las veces eran más peligrosos que la propia enfermedad.

Hahnemann, por su conocimiento profundo de la Farmacología y de los procesos farmacéuticos, se dio cuenta de que podía conseguir efectos más suaves diluyendo proporcionadamente los remedios en un solvente (generalmente agua o agua con alcohol).

Por ello fue probando en sí mismo hasta valorar qué grado de dilución era necesario para que el medicamento actuara sin producir agravaciones o efectos secundarios.

Las diluciones que utilizó y las que nos han llegado de su mano son las llamadas: decimal (o DH), centesimal (o CH) y cincuentamilesismal (o LM). En ellas, tras preparar la tintura madre o la sustancia medicamentosa, se pone una décima parte, una centésima parte o una 500ª parte en nueve, noventa y nueve o 499 partes de solvente.

Hahnemann solía usar las decimales aunque alcanzó a usar la 30CH normalmente. Se cuenta que en su botiquín particular se encontraron diluciones hasta la 200CH.

Por ello, la escuela francesa no utiliza otras diluciones que no sean menores de la 200CH. Sin embargo, en América y especialmente en la India y Pakistán, se utilizan éstas últimas como básicas, empleándose diluciones que sorprenden por su amplitud: la 1000CH, la 10000CH, la 100000CH…

Por otra parte, se cuenta que un conde soviético de la época de Hahnemann, practicante de la terapéutica homeopática, al tener problemas durante una de las muchas guerras para fabricar remedios homeopáticos con los que curar a los combatientes y enfermos, decidió preparar las diluciones de un modo diferente y creó lo que se conocen como diluciones korsakovianas. Estas diluciones pueden alcanzar hasta la 700000K y producir resultados terapéuticos.

4. Protocolos en la consulta homeopática
Al igual que en cualquier otra terapéutica, en homeopatía existen una serie mínima de protocolos. Esta escasa protocolización es debida al carácter mismo de la medicina homeopática: se pretende que todo sea individualizado, desde el momento de entrada hasta el momento de salida. Es el paciente el que marca la pauta de la sesión homeopática, lo cual hace que el homeópata, de algún modo, se adapte a lo que el paciente cuenta, muestra, decide o enseña. Evidentemente, esto no sería serio si no se pudieran obtener los datos necesarios para seleccionar la medicina homeopática. Por ello, aunque se concede una amplia libertad, se aconseja una mínima metodología para obtener una visión completa del paciente y su totalidad sintomática, a la vez que no se coarte la espontaneidad ni se manipule la información del paciente.

Este apartado es conocido como anamnesis dentro del entorno médico, pero en el caso de la homeopatía, no nos interesa saber tanto con el fin de diagnosticar, como saber los síntomas con sus modalidades con el fin de seleccionar.

Es decir, que no se pretende en modo alguno el diagnóstico (aunque tampoco se evita) pero el diagnóstico no define ninguna de nuestras medicinas.

Dentro de este protocolo, hay distintas formas de enfrentarse al paciente. Desde una actitud de completa libertad, dejando al paciente la decisión de qué contar y cómo, o la de marcarle los pasos a dar y la información necesaria con sus precisiones.

Generalmente, es conveniente seguir un orden mínimo y para ello se aconseja el siguiente:
Dejar que el paciente exponga el problema por el que acude a la consulta.
Comenzar por los síntomas físicos o generales, desde la cabeza hasta los pies.
Repasar cada uno de los órganos importantes, preguntando por las sensaciones o molestias.
Finalmente, preguntar por los síntomas mentales. Se suele dejar para el final este tipo de síntomas por ser los más íntimos y personales, a la espera de que a lo largo del interrogatorio se haya creado la necesaria empatía, capaz de facilitar la comunicación entre el paciente y el terapeuta.

Después de acabar el interrogatorio, se suele tener la costumbre de repasar cada uno de los síntomas importantes con sus modalidades, bien para que el paciente reflexione sobre cuanto ha dicho, bien para solicitar de él mayor precisión en cuanto a la localización, sensación, características u otras modalidades.

4.1.- Los cuestionarios homeopáticos
Los cuestionarios homeopáticos son listas de preguntas ordenadas por secciones y dirigidas a obtener la mayor cantidad de síntomas de un paciente.

4.1.1.- Necesidad de los cuestionarios
Dentro de esta necesidad de protocolización, los cuestionarios desempeñan un papel muy importante. Son tan importantes que nos permiten incluso el tratar a las personas a distancia, bien por correo, bien por teléfono, bien por otros medios telemáticos.

El primero en hacerlo fue el Dr. Kent, que publicó entre sus escritos un modelo de cuestionario, para uso de pacientes lejanos e imposibles de visitar y también para uso de los nuevos terapeutas, poco avezados en el interrogatorio.

A partir de éste, fueron surgiendo toda una serie de cuestionarios homeopáticos que, atendiendo en todos los casos a la totalidad sintomática, sin embargo iban reconduciendo el interrogatorio hacia lugares bien conocidos, con el fin de poder ir descartando remedios generalmente muy usados, o seleccionando síntomas que permitieran ir dibujando aspectos de remedios de sobra conocidos.

De entre los cuestionarios, también hay que tener en cuenta dos pequeñas corrientes: la americana y la europea. La primera se basa especialmente en criterios psicológicos, por lo que la entrevista necesita su tiempo y por ello, la duración no es menor de una hora y media, siendo la patología que trae al paciente a consulta lo menos importante del interrogatorio. La segunda, la europea, es de claro corte racionalista y favorecida por especialistas y laboratorios homeopáticos franceses. Aquí lo importante es la patología misma y sobre ella se aderezan los demás síntomas, para finalmente curar aquello que el paciente demanda y no tanto aquello que el terapeuta ve. En estos casos las entrevistas o interrogatorios son bastante más breves, teniendo como máximo (al estilo del Dr. Vannier) media hora de visita.

Hay que señalar que en el primer caso, el de la escuela americana, generalmente se selecciona un solo remedio que cubra toda la sintomatología del paciente, el similimum. A esta corriente se le llama UNICISTA.

Por el contrario, a la corriente europea le gusta tratar los síntomas que cubre un medicamento pero además, usar otros medicamentos para aquellos síntomas que, siendo importantes, quedan al descubierto de este remedio seleccionado. Se les llama PLURALISTAS.

4.1.2.- Modelos de cuestionarios
Como he dicho, dentro de los modelos de cuestionarios, los hay de distintas clases.
Remito a mi página web (http://cihotm.blogspot.com) y a la sección "Cuestionarios" para obtener la información de los mismos.

4.2.- Los Repertorios homeopáticos
Los Repertorios Homeopáticos son la versión práctica y necesaria de las Materias Médicas Puras e impuras. Como dijimos cuando hablamos de la Materia Médica y de los provings, lo más importante de ellas es la lista de sintomatología que producen y con todos estos detalles y síntomas, se puede utilizar dicho medicamento para tratar patologías con síntomas similares. Bien, el caso es que es imposible el recordar todos los miles de síntomas que produce un remedio y mucho menos recordar sus características especiales o sus modalidades. Por ello, se procedió (dicen que Hahnemann ya pensó y utilizó uno propio con los 100 remedios que había probado él mismo) a organizar dichos síntomas por localizaciones y secciones y ordenarlos igualmente. El primero y más importante fue el del Barón de Boeninghausen que organizó de un modo peculiar los síntomas, para favorecer la selección del remedio. Separó cada síntoma por localizaciones, y los organizó por secciones. Dentro de cada síntoma (llamado en lenguaje homeopático y de aquí en adelante “rúbrica”) se procedió a marcar la fortaleza del síntoma en ese remedio, dándole un grado y escribiéndolo de un modo diferente. Así, por ejemplo, un síntoma como agravación por consuelo, aparecen toda una serie de remedios que cubren dicho síntoma. Aquellos que más veces y en más probadores ha producido dicho síntoma, se marca con un grado superior a aquel remedio que sólo esporádicamente lo ha producido.

Hay una gran lista de repertorios y cada uno aporta matices importantes y facilidades para la búsqueda.

Entre ellos habría que destacar:
Repertorio terapéutico de Boeninghausen
Repertorio de Kent
Repertorio de Barthel
Repertorio de Pathak
Repertorio de Murphy
Repertorio Síntesis
Repertorio Universal

Cada uno de ellos pone énfasis en aspectos diferentes y construye un mundo de rúbricas y subrúbricas enfocado a facilitar la selección del remedio de la forma más rápida, fácil y cómoda.
Con el Repertorio como instrumento, la labor del terapeuta homeópata se convierte en servir de traductor entre los síntomas del paciente, su exprtesión y la Materia Médica a través del Repertorio.

El procedimiento para repertorizar un caso sería el siguiente:
Una vez que se ha hecho el interrogatorio y se han obtenido los síntomas, se hace una selección de los mismos, tal y como he dicho referente a las dos escuelas homeopáticas. Pueden ser los síntomas mentales los de más peso a la hora de decidir, o pueden ser los síntomas patológicos y fisiológicos. Tras esa selección y ordenación, se acude al repertorio para averiguar qué remedios han producido esos síntomas en el mayor grado posible. Tras hacer esto con todos los síntomas seleccionados, se obtiene un cuadrante donde figuran los remedios con su grado y los síntomas que cubren. Para seleccionar el remedio adecuado al paciente, sólo habrá que coger el que más síntomas cubra y en mayor grado.

Esto que en un principio parece una labor analítica, racional y relativamente sencilla, tiende a complicarse pues cada paciente cuenta el síntoma o lo interpreta a su manera y es el terapeuta el que debe desentrañar el síntoma y convertirlo en información fidedigna para ser repertorizada.

Nutrición y Dietética en la Consulta de Homeopatía (2)

5. La nutrición en la consulta homeopática
Como ya he dicho en la Introducción, las normas de nutrición y dietética, así como los síntomas de deseos y aversiones alimentarias están más que comprobados y sobre todo aconsejados en los maestros de la Homeopatía. En cada caso y en cada página de terapéutica homeopática, cuando además de los síntomas, subyacía una patología conocida y por tanto diagnosticada o diagnosticable, el homeópata añadía unas mínimas normas dietéticas para favorecer y potenciar los efectos de la medicación homeopática.

“El enfermo que tiene diabetes y desea cuidarse, puede curarse o vivir mucho con su enfermedad, aminorando sus consecuencias mediante una higiene conveniente y el uso de medicamentos homeopáticos apropiados. Es preciso ante todo y en absoluto renunciar a todos los alimentos y bebidas que contengan azúcar o fécula; el pan que debe comer es el de gluten, o en su defecto, cortezas de pan tostadas; y el agua ha de ser minero-medicinal, como la de Vichy, la de Vals, la de Mondáriz, la de Marmolejo o la de Sobrón; huirá todo lo posible de beber el agua natural. Los alimentos que ha de tomar son: carnes asadas, pescados, legumbres verdes, ensaladas, sustancias grasas y aceitosas, compotas de peras y ciruelas, arroz y huevos. No se echarán especias ni azúcar a los alimentos, y sí solo un poco de bicarbonato de sosa. Por las mañanas pueden tomar los enfermeos leche con café, pero sin azúcar, con pan duro que tenga ya dos días…”[1]

En la actualidad, los homeópatas están a caballo (por no decir en el arroyo) situados entre los médicos alópatas y los naturópatas. No son creídos por los primeros porque su falta de pruebas científicas en la aplicación de las medicinas y no son aceptados por los segundos por el uso de productos que producen agravación y que no son naturales (en tanto en cuanto han sido macerados, diluidos, sucusionados e impregnados).

Sin embargo, los homeópatas nos sentimos en un terreno donde podemos aprovechar todo cuanto la investigación nos brinda y ampliar las potencialidades curativas de nuestros remedios con la fuerza de otras sustancias, alimentos, complementos nutricionales o suplementos fitominerales.

Generalmente, a la consulta acuden todo tipo de pacientes con todo tipo de afecciones. Lo primero que hacemos, como ya hemos señalado, es llevar a cabo el interrogatorio, para posteriormente seleccionar el remedio. En gran multitud de casos el problema no es puntual, es decir, que ha surgido de la nada y que nadie sabe cómo ha sido. Al contrario, muchos pacientes acuden a la consulta aquejados de problemas que hunden sus raíces en el embarazo, en el parto, o en la infancia. Es desde estos aspectos desde los que se tratan dichas afecciones. La Homeopatía tratará a estas personas con un medicamento homeopático que llamamos Constitucional, es decir, que cubre sus problemas de desarrollo, absorción o aprovechamiento de los alimentos. Curiosamente hay toda una tipología importante de las personas en función de su aspecto físico, de su rostro o de sus manos. Siendo la homeopatía una terapéutica basada en la experiencia, debo decir que difícilmente se equivoca a la hora de señalar dichas constituciones.

La homeopatía trata en estos casos en primer lugar los síntomas más agudos y severos del paciente, para posteriormente ir tratando su constitución, lo que hará que la persona resuelva su desequilibrio vital y, aunque no cambie de aspecto o de apariencia física, que orgánicamente supere dicho desequilibrio.

Es decir, si una persona ha nacido escrofuloso, excesivamente delgado, con tejidos laxos o con cualquier otro síntoma físico original, la homeopatía nunca cambiará su aspecto ni hará de esa persona un gordito simpático, ni mucho menos hará de él un culturista campeón del mundo. Lo que la homeopatía hará será ayudar a que el organismo supere esos desequilibrios originales que son los que provocan la enfermedad o la tendencia a enfermar en el paciente. Seguirá siendo un flaco serio o un gordito divertido, pero su tendencia o déficit orgánico vital se verá mejorado o impulsado para que no ceda a los desequilibrios de su fisiología y genética.

5.1.- Enfoque homeopático general de los problemas nutricionales
Como he dicho, la homeopatía trata los problemas nutricionales por medio de remedios constitucionales. Hay un gran número de remedios constitucionales, ya que como también hemos dicho, la homeopatía busca la individualización y eso impide que se intente catalogar al máximo a los pacientes en grupos reactivos.

Como también he dicho, se tratará en primer lugar los desequilibrios más agudos o los síntomas más patológicos del paciente. Estos síntomas se suelen tratar con dosis repetidas y frecuentes de los diferentes remedios seleccionados o de un único remedio.

Tras esto, aunque a veces también en conjunción, se suele prescribir al paciente un medicamento propio de su constitución para tomar esporádicamente y en dilución creciente. Por ejemplo, se empezará con una dosis semanal para ir escalando diluciones y pasar a dosis quincenales o incluso a dosis mensuales. Durante el tiempo que dure la medicación se observará la evolución de todos los síntomas y en virtud de esta se modificará la repetición y la dosis.

Para la selección de dicho remedio o remedios se suele atender a tres conceptos:
Constitución, Diátesis y Temperamento.[2]

La Constitución se basa en la construcción del ser humano. Es morfológico y se apoya en un primer análisis de tipo osteoarticular. Sería una forma de situar al hombre en el espacio.

La Diátesis integra las donaciones de la patología de cada individuo con una anamnesis que se remonta a las líneas familiares. Permite prever futuras evoluciones patológicas. No juega un rol predictivo, sino que da a la homeopatía un papel no sólo curativo sino preventivo. Sitúa al hombre en el tiempo.

El Temperamento es nuestro tercer parámetro. Heredero de los cuatro temperamentos hipocráticos, aporta su toque caracteriológico, psicológico que se expresa a través de la patogenesia de nuestros más grandes medicamentos.

5.2.- Medicamentos homeopáticos de uso frecuente en problemas de nutrición
Los medicamentos homeopáticos más importantes según el criterio de Constitución se pueden clasificar en tres tipos:

Los Carbónicos (pesados, obesos, pequeños gorditos). Son muy resistentes

Los Fosfóricos (delgados, finos, esbeltos, los grandes magros). Son frágiles, se descompensan y recuperan fácilmente.

Los Fluóricos (hiperlaxos, pequeños o grandes, pero desquilibrados mecánica y psicológicamente) Construidos de través son víctimas de frecuentes subluxaciones vertebrales y son la fortuna de los quiroprácticos.

Estas tres constituciones son origen de mezclas entre las constituciones y favorecen la aparición de tipos mixtos como los Fosfórico-carbónicos o los Fluoro carbónicos. En estos casos, lo importante será ver la dominancia constitucional para ajustar la medicina y las pautas dietéticas.

Para la constitución carbónica son los más indicados Sulphur, Calcarea Carbonica y Baryta Carbonica.

Para la constitución fosfórica los más indicados son: Phosphorus, Calcarea Phosphorica, Natrum Muriaticum y Arsenicum.

Para la constitución fluórica los más indicados son: Nux Vomica, Argentum Nitricum, Kali Bichromicum y Luesinum.

Los medicamentos homeopáticos más importantes según el criterio de Diátesis se pueden clasificar en cuatro tipos:

Sicóticos: remedios como Thuja, Staphysagria, Natrum Sulphuricum y Selenium.
Luéticos,
Tuberculínicos: Iodum, Ignatia y Pulsatilla
Psóricos: Psorinum, Sulphur, Lycopodium, Petroleum y Graphites.

Los medicamentos homeopáticos más importantes según el criterio de Temperamento se pueden clasificar en tres tipos:
Sanguíneo: Aurum, Lachesis
Bilioso: Lycopodium, Sepia
Nervioso: Argentum Nitricum, Ignatia
Linfático: Graphites, Baryta Carbonica, Nux Moschata

Para la consulta de las distintas características de cada medicamento, remito a las Materias Medicas más usadas pues reproducir dichas características aquí, aumentaría enormemente el espacio dedicado a la homeopatía y decrecería el más importante en este trabajo que es el de la nutrición y dietética.

[1] Bruckner, Th; Álvarez, P; Diccionario terapéutico homeopático. Madrid , Miraguano Ediciones, 1996, 846 pags. Es reproducción de la séptima edición española de 1909. La primera edición fue de 1874
[2] Vid. Tetau, Max. Traite de Dietetique Homeopatique. Paris, Editions Similla, 1988, pag. 115 y ss

Nutrición y Dietética en la Consulta de Homeopatía (3)

6. LA DIETA EN LA CONSULTA HOMEOPÁTICA

6.1.- Enfoque general de los problemas dietéticos
Desde la perspectiva de la Dietética, los problemas deben ser enfocados desde dos puntos de vista: el de la prevención y el de la curación. El primero se basa en todos los estudios científicos donde se comprueban los alimentos, cantidades, componentes necesarios para una vida lo más saludable posible y se emiten informes sobre cantidades diarias recomendadas según edad, estado, sexo…

El segundo se basa en la corrección de hábitos alimenticios una vez que nos encontramos en un estado patológico.

La difusión, aclaración, enseñanza y publicidad de cuantos estudios alimenticios y dietéticos se produzcan es algo que revertirá en una mejor salud de la sociedad, sin importar si favorece o no directamente a tal o cual terapéutica, se llame como se llame o tenga la aceptación que tenga.

El hecho de curar por medio de la dieta es algo que todo el mundo, desde investigadores hasta economistas pasando, claro está, por los pacientes mismos, sueña. Pero la realidad y eso se ha visto a lo largo de las diferentes asignaturas que de ello se han ocupado y también está demostrado en mi práctica, eso, digo, es lo más difícil de cambiar en un paciente, ya que los trastornos dietéticos no provienen como las enfermedades agudas de un brote más o menos causal, sino que provienen de toda una costumbre nefasta en la dieta y en la alimentación, mal aprendida por los niños pero favorecida, qué duda cabe, por los caprichos y mala educación de los mayores.

Hay algo que es evidente, la medicina tiende a curarse en salud, es decir, a prohibir ciertos alimentos por el simple hecho de que pueden ayudar a corregir un trastorno, sin darse cuenta de que muchas veces hay alimentos que no son tan importantes prohibir, siempre y cuando se pueda enderezar la situación patológica por otros mecanismos. Es decir, por mi experiencia, entiendo que muchas veces da mejor resultado el hecho de restringir algunos alimentos negativos para el paciente pero dejarle algunos otros, que sin agravar demasiado, le animen a continuar con la dieta para poder finalmente corregir su patología.

Por eso, los dietistas creo que deben ser, como todos los terapeutas, muy buenos psicólogos para poder captar y descubrir los puntos débiles dietéticos y psicológicos de una persona, ya que muchas veces los pacientes llegan a patologías alimentarias debido a debilidades psicológicas y a carencias emocionales que vuelcan en dietas caprichosas y en alimentaciones impensables e incorrectas.

6.2.- Enfoque homeopático de los problemas dietéticos
La Homeopatía nunca enfoca las patologías o los desequilibrios como problemas aislados, por eso siempre intenta que, además de dar la medicación adecuada y practicar la higiene necesaria, el paciente asuma correctamente su necesaria participación activa en el proceso curativo por medio de incorporaciones, retiradas o sustituciones de alimentos.

El hecho de tener que complementar por medio de complementos nutricionales, minerales o fitominerales es pocas veces deseado por el homeópata que preferirá siempre el máximo de naturalidad en la prescripción, evitando prescribir suplementos cuando dichos elementos o carencias pueden ser conseguidos de un modo más natural a través de los medicamentos.
Por otra parte, como antes también he dicho, el hecho de encontrarnos en medio del arroyo, entre la alopatía y la naturopatía nos permite ver y participar de aquello que nos parece más bueno en cada una de las terapéuticas. De la alopatía nos interesan tremendamente los análisis y los medios analíticos y diagnósticos, como digo, no porque la diagnosis nos ayude a tratar la patología, sino porque también nos ayuda el hecho de que exista toda una literatura experiencial o clínica basada en la homeopatía que ayuda enormemente en el tratamiento y progreso de los casos. De la Naturopatía hay algo que casi siempre es utilizado y es el drenaje de los órganos y la desintoxicación.

Esto se suele prescribir como primera etapa en la curación siempre que aparecen molestias de tipo digestivo o dermatológico. Además ayuda a recuperar el tono intestinal, a descargar el hígado y la vesícula de sus funciones, drenar de líquidos el organismo y favorecer la desintoxicación celular. De este modo, tras superar esta primera etapa, se puede retomar el caso, comprobando en un 99’99% de los casos cómo una buena cantidad de síntomas se aclaran, desaparecen o son más marcados, indicándonos la importancia de los mismos a la hora de prescribir.

6.3.- Dietas y modelos dietéticos: la dieta de la Zona
Revisando detenidamente los libros sobre dicha dieta, he comprobado que uno de los grandes inconvenientes (especialmente a nivel científico) es que su proporciones en el reparto de ingesta de Principios Inmediatos no se corresponde con las proporciones aconsejadas por la FAO/OMS, lo que hace que este tipo de dieta de la Zona sea una dieta hiperprotéica desde el punto de vista dietético y normativo[1]. Por otra parte, está claro que su punto de partida es el control de la insulina, hecho éste que pasa por rebajar drásticamente la ingesta de hidratos de carbono para sustituirlas por proteínas, más rápidas en su utilización, aunque generantes de mayores residuos y toxicidad metabólica.

Según esta dieta, el reparto de principios inmediatos sería de 40% Hidratos de Carbono; 30% de Proteínas y 30% de Lípidos. Estas cifras contrastan con el 55% de Hidratos de Carbono, 15% de Proteínas y 30% de Lípidos que recomienda la FAO/OMS en sus estudios y publicaciones.

Por mi parte, una de las cosas que me llamó profundamente la atención cuando entré en contacto con la Dieta de la Zona, fue la gran facilidad para organizar menús, dietas y, desde el punto de vista homeopático, por la gran facilidad para suprimir alimentos concretos o sustituirlos por otros, situación ésta de gran interés para la homeopatía.

Como resumen rápido de las ventajas del modelo de la Zona, diré que se utilizan las mismas tablas para averiguar la cantidad de masa corporal magra del paciente.

Por otra parte, en función de esa masa corporal y del factor de actividad, menos preciso que los que utilizamos pero en definitiva, más o menos similar al que se utiliza en la sanidad catalana.
Finalmente, sobre esa cantidad de nutrientes necesaria para la vitalidad del paciente se le asignan unas cantidades de principios inmediatos diferenciados para hidratos de carbono, proteínas y grasas, que el autor llama bloques y que se correspondería con el método de las raciones alimenticias.

La gran facilidad con la que cuenta la dieta de la Zona son el gran conjunto de tablas y, sobre todo, que se puede restringir o suprimir cualquier alimento sin alterar esencialmente ni complicar la generación de menús o la puesta en práctica de la dieta.

El concepto básico en la dieta de la Zona es el “bloque”. Bloque sería una unidad de principios inmediatos, esto es, proteínas, lípidos e hidratos de Carbono.

Mientras que la proporción en general sería de 55% para Hidratos de Carbono, 15% para Proteínas y 30% para Lípidos; la dieta de la Zona organiza la alimentación en diferentes proporciones, siendo éstas de 40% Hidratos de Carbono, 30% Proteínas y 30% Grasas.

Los pasos que se dan a la hora de calcular las cantidades de principios inmediatos correspondientes al paciente son los siguientes:

En primer lugar, se toman las medidas correspondientes, siendo éstas diferentes entre hombres y mujeres.

Para las mujeres, se tomará la medida de las caderas, de la cintura a la altura del ombligo y la estatura. Con dichas medidas se acude a las tablas y se anotan las constantes que aparecen allí reflejadas. Se suman las constantes A y B y luego se resta la constante C, redondeándose el número hacia el entero más cercano. Ésta será la cifra del porcentaje de grasa corporal.

Para los hombres, se mide la cintura a la altura del ombligo y la muñeca por encima de la articulación. Se resta la medida de la cintura de la de la muñeca y se acude a las tablas correspondientes. Se busca el resultado en la fila superior y se hace coincidir con el peso que aparece en la columna de la izquierda. Este será el porcentaje de grasa corporal.

En segundo lugar, una vez hallada dicha cifra de porcentaje de grasa corporal, se multiplicará por el peso corporal, con lo que tendremos la cantidad de grasa corporal. Al peso total le restamos la grasa corporal y obtendremos la masa corporal magra.

En tercer lugar, habrá que hallar el número de bloques de proteínas necesarios para ese peso y para la actividad. Por eso, se multiplica la masa corporal magra por el factor de actividad. El resultado serán los gramos de proteína diaria necesaria para el organismo. Esos gramos los dividimos por 7 (que es el peso en gramos de proteína por bloques en la versión original de la Dieta de la ZONA) y tendremos el número de bloques que nos corresponden diariamente. Este número de bloques se corresponde con el mismo número de bloques de Hidratos de Carbono y de Lípidos o grasas.

Dicho número de bloques es conveniente distribuirlo a lo largo de toda la jornada, siendo recomendable hacerlo en cinco comidas, tres principales y dos intermedias o de mantenimiento para que no haya bajada de azúcar y el organismo nos demande una comida que no necesitamos.

Finalmente, simplemente habrá que elegir los alimentos que deseamos de las tablas correspondientes, ajustando éstos a las cantidades que aparecen como correspondientes a un bloque. Esto nos dará una gran libertad de elección de alimentos, sin que haya más prohibición –en principio- que la de nuestra apetencia y las cantidades limitadas.


6.3.1.- Ejemplos de aplicación
6.3.1.1.- Caso 1
Paciente: A.P. P.
Sexo: Mujer
Edad: 33
Altura: 161
Peso: 87
Cadera: 121
Abdomen: 101
Acude por: hiperactividad y falta de concentración. Exceso de sudor en cabeza y cara, sin olor.
Analítica:
Triglicéridos 235
Colesterol 213
HDL colesterol 38
LDL colesterol 128
Ácido úrico: 5,20


6.3.1.1.1.- Análisis del Caso 1
Calculando el IMC (Índice de Masa Corporal) de esta paciente encontramos que IMC= 87 / 1612 con un resultado de 33,56, lo que sitúa a nuestra paciente en Obesidad tipo I (según la clasificación de la SEEDO).

Al tener este grado de obesidad y al no controlar la ingesta por su actividad laboral y por su nerviosismo, tiene también un descontrol en sus análisis, lo que la lleva a tener cifras altas de Colesterol y Triglicéridos. Por todo ello, se le aconseja seguir unas pautas dietéticas que la ayuden a perder peso y a equilibrar su alimentación. Utilizamos la Dieta de la Zona adaptada a las cantidades recomendadas de la OMS.

Calculamos el porcentaje de grasa corporal acudiendo a la Tabla correspondiente (Anexo 1) y obtenemos PGC= (58.14 + 28.27) – 38.63 un resultado de 47.78 que redondeando nos da un porcentaje del 48% de grasa corporal.
Si multiplicamos este porcentaje por el peso, obtendremos el peso de la grasa Total corporal. En nuestro caso (48 * 87) / 100= 41.76 Kg.
Al peso total le restamos la grasa total corporal y obtendremos la Masa corporal magra total, en este caso 87 – 41.76 = 45,24 Kg
Seguidamente multiplicaremos ese peso por el factor de actividad, que en el caso de esta paciente es de 1,54 ya que dedica una hora y media de su tiempo libre a bailar sevillanas. Por lo tanto, 45,24 * 1,54 = 69,66 que serán los gramos de proteínas que necesita el organismo para su gasto energético diario.

Estos gramos de proteínas diarias los dividimos por 7 gr. (que serían los gramos constituyentes de cada bloque en su versión original) y nos dará un resultado de 10 bloques de proteínas.
Esta cantidad se sitúa por debajo de la cantidad necesaria recomendada que es un mínimo de 11 bloques. Por ello, ajustaremos los bloques a 11 para confeccionar así su reparto por comidas.
Estos 11 bloques los dividiremos en tres comidas principales de 3 bloques cada uno, y dos comidas intermedias de 1 bloques cada una.

Así pues, la paciente deberá consumir en las comidas principales un total de 3 bloques de proteínas, 3 bloques de hidratos de Carbono y 3 bloques de Grasas.
Para ello, podrá elegir entre los alimentos que se le ofrecen en la tabla y multiplicar cada bloque por la cantidad correspondiente que allí figura.

En el caso de esta paciente, dado su problema con el Colesterol y con los Triglicéridos le recomendaríamos que restringiera el consumo de carnes grasas, grasas saturadas, azúcares y sacarosas, productos de bollería o pastelería, cereales procesados (prefiriéndose los cereales integrales), lácteos que no sean desnatados.

Se le recomendará que las grasas además de las que aporten los alimentos sean preferiblemente del consumo de aceite de oliva. Igualmente se le recomendará que aumente el consumo de fibra, por medio de la ingesta de frutas y verduras, y el consumo de pescado para favorecer la desaparición de los niveles alterados de Colesterol y Triglicéridos.

Por lo que respecta a su ansiedad y nerviosismo, decidimos prescribirle ARGENTUM NITRICUM pues cubre adecuadamente los síntomas que presenta la paciente.

6.3.1.2.1.- Caso 2
Paciente: C.L.
Sexo: mujer
Edad: 68 años
Altura: 155 cm
Peso: 83 Kg

Acude por: Dolor en la espalda (lumbares) e irradiación a la pierna izquierda.
Está en tratamiento por depresión. Diabetes insulinodependiente.

Cintura 120 cm
Cadera 100 cm

No presenta estudios analíticos actualizados.

6.3.1.2.2.- Análisis del Caso 2
La paciente tiene problemas de espalda y dolores lumbares, debidos especialmente a lo abultado de su abdomen, que hace que la columna lumbar sufra de excesiva lordosis. Por otra parte, el peso excesivo sobre sus piernas, dificulta la circulación y ha tenido problemas de ulceraciones que, unidas al problema de diabetes, hicieron en un tiempo anterior que fuera difícil conseguir cerrar dichas ulceraciones.

El problema de su diabetes proviene del embarazo de su primer hijo, hace ya un buen número de años. Ha ido controlando malamente sus niveles de azúcar hasta necesitar sus inyecciones de insulina, que en este momento la hacen depender excesivamente de su marido. Se sometió anteriormente a otras dietas por medio de las cuales llegó a perder 10 kilos, lo que la animó a continuar; sin embargo, circunstancias familiares y su problema de control de peso, hicieron que volviera a engordar, por lo que fue una circunstancia añadida para la aparición de una crisis depresiva.

Por nuestra parte, actuamos sobre la paciente por medio de técnicas osteopáticas para la corrección de los problemas articulares y musculares y le recomendamos una dieta suave que le fuera ayudando a perder peso y a controlar sus niveles de azúcar. No se le prescribió ninguna medicina homeopática por estar bajo tratamiento médico adecuado y no creyendo por el momento necesario ni reforzarlo con medicinas homeopáticas, ni mucho menos sustituirlo.
Se le recomendó una dieta basada en la dieta de la ZONA y se le sugirieron recomendaciones dietéticas para sus necesidades alimenticias.

Haciendo las operaciones necesarias y siguiendo los pasos arriba indicados, los resultados fueron los siguientes:
Porcentaje de Grasa corporal = (46.65+33.59) – 37.19 = 43.05%
Peso Total de Grasa Corporal = 43 * 83 = 35.69 Kg
Masa Corporal Magra = 83 – 35.63 = 47.31 Kg.
Cantidad de proteína necesaria = 47.31 * 1.10 = 52.041 g
Bloques de proteínas: 52.041 / 7 = 7.43 bloques.

Nos encontramos en el mismo caso que el caso 1, al necesitar menos bloques de proteínas de los recomendados, por lo tanto, preferimos recomendarle 11 bloques de proteínas, pues entendemos que la pérdida debería ser más lenta en el tiempo y más moderada, ayudando así a recuperar suavemente la auto-confianza y favoreciendo el tratamiento antidepresivo.

Se le recomiendan tres comidas de 3 bloques cada uno de Proteínas, de 3 bloques de Hidratos de Carbono y de tres bloques de Grasas; y dos comidas intermedias de 1 bloque de cada uno de los principios inmediatos.

Entre las recomendaciones dietéticas que le prescriben están:
Leche y yogur desnatados.
Pescado azul y blanco.
Pollo y pavo sin piel, conejo.
Clara de huevo.
Todas las legumbres son especialmente recomendables.
Patatas hervidas o al horno.
Todas las verduras (acelgas, espinacas,...) y hortalizas (tomate, lechuga,...) preferiblemente crudas.
No tomar frutas en almíbar, aguacates, uvas o plátanos.
Pan y cereales integrales.
Aceite de oliva.
No abusar de los frutos secos (mejor si se restringen totalmente)
Aumento del consumo de fibra, para facilitar la evacuación y para restringir la absorción.

6.4.- Los alimentos en Homeopatía
Como ya he dicho anteriormente, la Homeopatía entre todas sus pruebas de remedios y de sustancias para construir su Materia Médica siempre ha tenido en cuenta todo tipo de síntomas, sin más limitación que el que fuera repetida en los probadores y que significara algo similar o diferente a otros remedios. Así, por ejemplo, se vio claro el efecto del remedio llamado Natrum Muriaticum en los que lo probaron, pues en algunos casos se incrementó el deseo de sal en las comidas o alimentos y en otros casos se produjo justamente el efecto contrario, sintiendo el probador aversión por ella.

Así se fueron construyendo descripciones para los más de tres mil remedios homeopáticos que en la actualidad se conocen, en cada una de ellas se fue añadiendo el deseo o la aversión hacia un tipo de alimento. Sin embargo, casi siempre se utilizaron otros datos patológicos para seleccionar el similimum, pues se suponía que sería más fácil el hacerlo mejor si seleccionábamos el remedio por síntomas más manejables que los de los alimentos, sujetos en muchos casos al capricho o al avatar.

Curiosamente Hahnemann dejó escrito que era necesario el atender en mayor medida a aquellos síntomas que fueran peculiares, raros o curiosos y realmente, entre ellos, es seguro que los síntomas alimentarios están menos sujetos a nuestra racionalidad y son quizás el mejor exponente de lo que realmente sucede en el interior de nuestros organismos, aunque no sepamos ponerle nombre o darle una etiqueta.

6.4.1.- Los alimentos como síntomas
¿Cómo podríamos utilizar estos síntomas alimentarios como selectores de nuestro similimum?
Me gustaría transcribir un ejemplo del Dr. Shukla que puede ser de interés por su expresividad. “It took some form when I was under the possession of Tungsten and crystallized when I was under the influence of the Pavo-cristatus. Under the influence of Tungsten I started to like the Garlic. The bulb that gave me nausea was now an object of desire. Under Pavo I stopped eating tomatoes that I was so fond of! And while I narrating the experiences of the influence I kept saying I desire garlic in chutney and in food! And I now don’t want to see tomatoes!” [2]

“In health the vital force in me is ruling with “unbounded sway”. It’s free of all bindings, even in taste and food. […] What I mean to say is when I have desire for Garlic in me during the Tungsten proving, it is the tungsten that has a special relationship with the garlic and not me.” [3]

Si revisamos cualquier material médica homeopática, podemos ver fácilmente que entre los distintos apartados y ordenaciones de los síntomas, aparecen los correspondientes a deseos y aversiones. En ellos se especifican los síntomas que sobre este particular se produjeron en los que probaron los diferentes remedios.

Así, por ejemplo, podemos echar un vistazo al remedio ARSENICUM ALBUM.
Este remedio tiene como síntomas:
“Deseo de ácidos, cosas ácidas, brandy, café. Intensa sed, bebe poco y frecuente, desea agua helada o té caliente. Pérdida de apetito con sed y con náuseas. Bebe poco y frecuente, come pocas veces y mucho. Sed insaciable. No puede soportar la mirada, el olor o el pensamiento de la comida. Aversión a los dulces, mantequilla, grasas, carne. Deseo de leche o té caliente.”[4]
Podríamos continuar con cualquier otro y comprobar cómo todos los remedios experimentados nos ofrecen datos sobre deseos y aversiones.

Por otro lado, también tenemos en nuestros repertorios homeopáticos los mismos síntomas ordenados de modo diferente. Generalmente figuran dentro del apartado de Generalidades, aunque alguno como el Repertorio de Robin Murphy tiene un apartado especial ordenado alfabéticamente de todo lo relativo a comidas.

Así, por ejemplo, si buscamos el alimento “Repollo”, encontraremos los siguientes apartados y remedios:

REPOLLO (Cabbage)
Agravación: ars., BRY.,calc., carb.v., CHIN., cupr., erig., hell., kali-c., LYC., mag-c., nat-m., nat-s., PETR., phos., podo., puls., rob., sep., sil., sulph., verat.
Molestias por: lyc., petr.
Aversión a: bry., carb-v., cocc., kali-c., LYC., petr.
Deseo de: acon., acon-l., alud., CIC., con.

Por otra parte, también tenemos que destacar que en nuestras Materias Médicas aparecen comparaciones entre remedios usados para síntomas similares y las relaciones entre ellos (antídotos, remedios que siguen bien a éste o remedios que son seguidos bien por, y también los remedios complementarios).
Esto es importante porque en algunos casos hay productos que sirven como antídoto de ciertos remedios homeopáticos.

Si miramos nuevamente en la Materia médica homeopática el epígrafe final de ARSENICUM ALBUM, veremos que la leche, la albúmina, la mostaza, el aceite de castor actúan como antídotos en caso de intoxicación por arsénico en dosis venenosas. [5]

Otro remedio como NUX VOMICA es antidotado por el vino y el café.[6]

Con toda esta información disponible a nuestra terapéutica, debemos preguntarnos cómo podremos hacer para poder utilizarla en toda su potencia y, junto con los conocimientos de dietética y nutrición, poder mejorar y favorecer la recuperación de nuestros pacientes.
Hahnemann escribe lo siguiente en su Organon [7]acerca de los regímenes alimenticios:

§ 261 .- El régimen más apropiado durante la adminis­tración del medicamento en las enfermedades, cró­nicas, consiste en la remoción de todos los obstácu­los para el restablecimiento de la salud, y poniendo al enfermo, si fuese necesario, en condiciones opues­tas: distracción moral e intelectual inocentes, ejercicio activo al aire libre en casi todas las estaciones (caminar todos los días y ejecutar trabajos manua­les ligeros), alimentos y bebidas, etc., apropiados, nutritivos y que no posean acción medicinal.

§ 262.- Por el contrario, en las enfermedades agudas, ex­cepto en los casos de enajenación mental, el sentido interno sutil e infalible de la facultad conservadora de la vida lo determina tan clara y exactamente, que el médico sólo tiene que aconsejar a los amigos y asistentes que no pongan obstáculos a la voz de la naturaleza rehusando al paciente algo que desee con urgencia en relación con los alimentos, o tratando de persuadirle a que tome algo que pueda dañarle.

§ 263.- El deseo, en relación con los alimentos y bebidas, de un paciente afectado de una enfermedad aguda, es con seguridad y principalmente por sustancias que proporcionan un alivio paliativo y que sin em­bargo no poseen hablando rigurosamente, un carác­ter medicinal, sino que vienen a satisfacer una espe­cie de. necesidad. Los débiles obstáculos que la sa­tisfacción de este deseo, dentro de límites modera­dos, podrían oponer a la extinción radical de la en­fermedad (Nota 141) estarán ampliamente contrapesados y dominados por el poder del remedio homeopático, conveniente, por la libertad en que queda la fuerza vital y por la calma que sigue a la posesión de un objeto ardientemente deseado. La temperatura de la habitación y el abrigo debe igualmente regularse en las enfermedades agudas según los deseos del en­fermo. Se cuidará de evitar todo lo que pudiera afectar vivamente su parte intelectual o moral.

Nota 141.- Sin embargo, esto es raro. Así, por ej., en las en­fermedades francamente inflamatorias, en que acónito es tan indispensable y cuya acción sería destruida por ingestión de ácidos vegetales, el enfermo casi siempre desea tomar únicamente agua pura.

En sus Lesser Writings [8], Hahnemann dice:
"Methinks, however that medical men when thus. complaining, do not draw a sufficient distinction between I the errors of diet which produced and kept up the patient disease 2nd their ordinary indifferent diet and 3rd the new dietetic regulations laid down by the physician.
1st: If with respect to the first of these (the corrections c the errors of diet) the physician thinks that he does not posses sufficient authority with his patient, who will not pay strict attention to rules, rather let him dismiss such fickle minded persons; better no patients at all than such! (Changes must be made in cases in which the free will of man is involved!)
Examples: In a confirmed drunkard with indurations the liver it is important that the debauchee pays attention t the orders and daily diminish his allowance of the poisonous liquor! If he cannot withstand temptation then let him go hi way.
A patient must scrupulously abstain from eating pork during a quartan fever; and sour wine if they are suffering from wasting diseases of youth brought on by venerea disease; avoid potatoes if they are asthmatic or leucophlegmatic; and avoid sedentary occupations if they an gouty!
In case of a woman affected by a nervous disorder it is necessary to gradually diminish the quantity of coffee taken (for sudden suppression is always dangerous).
2nd: Is the ordinary diet of such an objectionable nature that we are compelled to in every disease to prescribe a new one? A universal diet like the universal medicine is an idle dream! The artificial diet prescribed by the physician is frequently much more objectionable than the accustomed diet of the patient; or at least, he frequently does wrong in rejecting the latter at all at once! The physician will also not deprive the patient of anything which long habit had rendered innocuous or perhaps indispensable!
3rd: There fore, it is far less frequently necessary than most physicians think, to make a material alteration in the diet of patients suffering from chronic complaints, at least in ordinary cases; in acute diseases the awakened instinct of the patient is often considerably wiser than the physician who does not consult nature in his prescriptions. In diseases not produced by or maintained by errors in diet, we must not make any change! If at all a lot is done only by asking for moderation in all things, rather than forbidding altogether particular articles of diet that the patient is so habituated to. Thus if our treatment fail, we know that we have done no harm by an artificial system of diet. We know it is owing to the medicine used that the case grew worse, or, at least did not improve.
Hippocrates himself says “Medicine and the vis naturae produce much more considerable and profound changes in diseases than any small irregularity in diet”.

En un estado de salud, el hombre come lo que es correcto, encuentra que es correcto, asimila lo que es correcto y elimina lo que no lo es.

En la enfermedad, hay modalidades en la comida que representan el desequilibrio y éstas ayudan en el mantenimiento o crecimiento del desequilibrio.

Se puede pues deducir que aquello que uno desea en una enfermedad aguda es bien paliativo o bien cubre un deseo. Mientras que en el caso de una enfermedad crónica este deseo o necesidad mantiene el desequilibrio, cuando sería necesario lo contrario. Porque hay una modalidad por comida que no es nutritiva y contraría a la salud, ayudando a sostener y aumentar el desequilibrio.

En enfermedades crónicas el deseo individual por cosas que nutren su desequilibrio y muestra una aversión o agravación por o de comidas que habrían actuado como potentes medicinas. Todas las acciones en forma de modalidades alimentarias están dirigidas al mantenimiento del desequilibrio.

Por ejemplo, unos remedios como LACHESIS:
Deseo de alcohol
Antídoto: alcohol
Causa: alcohol

O un remedio como MEZEREUM:
Aversión: Leche
Mejor por: leche
Antídoto: leche

Podemos mirar un remedio y sus modalidades alimentarias con modalidades de combinación en sus puros efectos.
Agravación por fresas: Oxalic Acid (crónico)[9]
Aversión a las fresas: Oxalic Acid (crónico)
Deseo de fresas: Oxalic Acid (agudo)
Es bien conocido que las bayas, especialmente las fresas y arándanos son ricos en ácido oxálico. ¿Es que tiene afinidad el ácido oxálico por el ácido oxálico?
El estado Oxalic acid con la modalidad de las fresas está demandando el ácido oxálico presente en ellas. El deseo por el mismo actuaría como acción medicamentosa paliativa. A a luz de lo escrito por Hahnemann significaría que el deseo en enfermedades agudas nos dirigiría hacia Oxalic Acid como remedio.
Y la aversión es el rechazo a Oxalic Acid, puesto que incrementa el desequilibrio visto en las enfermedades crónicas. La agravación como comida es también un modo de rechazar la potente pero cruda medicina, la lucha de una parte del organismo a mantener el desequilibrio pero indicando su necesidad en forma homeopatizada.

6.5.- Resumiendo: El Similimum dietético
Verdaderamente es un poco exagerado hablar del similimum dietético, ya que establecemos como punto de partida el hecho de considerar la comida como una medicina, y al calificarla de similimum, la consideraríamos casi una medicina homeopática.

Creo que debemos poner las cosas en su justa medida y dejar sentado un protocolo de trabajo con la comida como inigualable refuerzo a la terapéutica homeopática.

Ante cualquier paciente que acuda a nuestra consulta, partiremos del interrogatorio o cuestionario. En él veremos sus síntomas y abordaremos con el mismo rigor que cualquier otro apartado, el de los deseos, aversiones y alimentos. Si encontramos que en el caso del paciente aparece como fuente de síntomas dicha información, entonces deberemos tenerla muy en cuenta a la hora de valorar el caso y seleccionar el similimum (remedio) homeopático.

Habrá que valorar en primer lugar de qué se queja el paciente como malestar principal y buscar si dicha afección es de carácter agudo (y por ello de desarrollo rápido pero de origen muy cercano), en cuyo caso, deberemos tomar las aversiones y los deseos como indicadores del remedio que, siendo igual o conteniendo la sustancia medicamentosa, cubra los síntomas en mayor grado y amplitud. En este caso, no deberemos prohibir ni restringir dicho alimento ya que actúa como medicina y ayudará a la recuperación del paciente. Sin embargo, sí que deberemos prohibir aquellas otras sustancias o alimentos que, aunque no sean deseos o aversiones del paciente, pueden antidotar o debilitar el efecto de dicha medicina.

En el caso de que la queja del paciente venga de lejos en el tiempo o que obedezca a un desarrollo de alguna otra afección de tipo agudo, pero que haya degenerado o mutado en el tiempo mostrando otros aspectos, deficiencias o síntomas, entonces aprovecharemos los deseos y aversiones del paciente como indicadores de qué alimentos pueden estar afectando y manteniendo dicho desequilibrio. Es decir, en este caso, el alimento actuaría como sustancia que proporciona cobijo –aun sin quererlo el paciente- al desarrollo y progreso de la afección. En este caso, al seleccionar el remedio deberemos tener en cuenta el alimento como causativo, y seleccionar aquel que sea antagónico del mismo. Al mismo tiempo, deberemos restringir o prohibir dicho alimento, sustituyéndolo por otro u otros que amplíen y refuercen el efecto del remedio, apoyándonos en la Materia Médica homeopática.

Finalmente, es importante tener en cuenta y no olvidar las siguientes posibilidades durante el tratamiento:

1.- Durante la agravación homeopática.
Siempre es posible que durante el tratamiento se produzca un agravamiento de la sintomatología del paciente. Esto es algo que todo homeópata espera con interés y que a la vez teme por la incomodidad y molestia que le supone al enfermo. En este caso –en de la agravación tras la toma del medicamento homeopático- si hubiera una agravación, entonces sería interesante sugerir al paciente que tome ciertos alimentos que mejoren y prohibir otros que empeoren su estado, salvo que ya el paciente por su propia intuición haya llegado a dicho descubrimiento.

2.- Durante el curso normal del tratamiento
Se le puede prohibir algún del que se conozca su capacidad de empeoramiento de la medicina, excepto que dicho alimento forme parte de su dieta normal, el paciente esté habituado a él y se haya visto que no produce ningún empeoramiento o síntoma adverso significativo.

3.- Antídotos
Hay en la Materia Médica ciertos alimentos que trabajan como antídotos. Estos deberían ser prohibidos mientras se tome la medicina con el fin de evitar la antidotación de la misma.

4.- Causas
Conocemos que hay ciertos factores causativos, como la comida en ciertas constituciones, que deberían ser prohibidas durante el curso del tratamiento para evitar alguna exacerbación o agudización, e incluso mantenerlo durante un tiempo más hasta que se haya recuperado ampliamente la salud.

[1] Vid. Las obras del Dr. Sears que sobre la Dieta de la Zona figuran en la Bibliografía.
[2] Vid. Shukla, C. Food Similla. The individualizad Diet. New Delhi, Indian Books & Periodical Publishers, 2006. pag. XI
[3] Vid. Idem, pag XV
[4] Murphy, Robin. Lotus Materia Medica, 2ª Ed. New Delhi, B.Jain Publishers, 1998. Pag. 179
[5] Vid. Murphy, Robin, pag. 182
[6] Shukla, C. Food Similia. Pag 199
[7] Hahnemann, S. Organon del arte de curar. México, Porrua, 2004
[8] Hahnemann, S. Lesser Writings. New Delhi, B,Jain Publishers, 2000
[9] Este ejemplo ha sido extraído del Shukla, C. Food Similla.

Nutrición y Dietética en la Consulta de Homeopatía (4)

6.6.- Casos clínicos extraídos de la práctica en la consulta
Los dos casos que voy a presentar han sido extraídos de mi práctica en la Consulta. Para hacerlos más cómodos de leer y más breves en la exposición, evitaré reproducir el cuestionario general homeopático que suelo hacer en la toma de contacto.

6.6.1.- Caso 1
6.6.1.1.- Anamnesis del Caso 1
Nombre y Apellidos: M.C.R
Sexo: Mujer
Edad: 43
Altura: 1.67 m
Peso:57.5 kg
1. ¿Cuál es su dolencia principal? Cuénteme todo cuanto sea posible, incluyendo en qué está peor y por qué está peor: las sensaciones, la clase de dolor, la localización, cómo se ve afectada su actividad y energía (por ejemplo, si la dolencia le ha vuelto intranquilo, débil, nervioso, ansioso, irritable, hipersensitivo; si ha afectado a su sed o a su apetito, a su temperatura corporal y todo cuanto pueda señalar).
La migraña; la sensación de dolor actual es menos intensa que anteriormente, el dolor está localizado en la parte izquierda de la cara afectándome algunas veces el ojo, el dolor es más irritante por la noche sin conseguir dormir, durante el día intento hacer vida normal intentando relajarme lo máximo posible y sin mover demasiado la cabeza, si es verano no tomo nada el sol y procuro no sofocarme, intento planear un fin de semana o unas vacaciones y a que desde los 24 años tomo la píldora y tengo reguladas las crisis con la regla. Intento convivir con ella aunque mi actividad se frena cuando es poco soportable.
2. ¿Cuándo empezó el problema? ¿Qué pasó alrededor de su vida en aquel momento? ¿Qué piensa Ud. que lo causó?
Alrededor de los 18 años. Mi vida era tranquila con los problemas y cambios relacionados con la adolescencia. No lo sé, he intentado pensar porqué me pasó y analizar la situación, pero no consigo relacionarlo con nada que pudiera desembocar en migraña.
3. ¿Qué agrava su dolencia principal y qué la provoca o exacerba? (por ejemplo, ciertos tipos de comida o el tiempo meteorológico, el movimiento, la luz, el ruido, la compañía, hablar, el frío o el calor, o cualquier otra cosa que Ud. pueda imaginar. Por favor, sea lo más específico posible) ¿Qué mejora su dolencia? (por ejemplo, el calor o el frío, el masaje, comer, estar tumbada, la música, la compañía,...) ¿Qué hace Ud. para intentar sentirse mejor?
Mi migraña aparece durante la semana de descanso de la píldora durante estos días procuro no comer picantes ni derivados lácteos, ni chocolate ni bebidas alcohólicas principalmente con gas, aunque algunas veces no funciona y si el tiempo es ventoso aumenta la crisis, si hay mucha gente también. Aparte de tomar la medicación, algunas veces me aplico gel frío y me calma el dolor, estoy mejor sentada con la mirada fija en un punto o en la cama pero mirando un punto al frente. Intento relajarme y no alterarme por nada, mover muy poco la cabeza y no agacharme si puedo evitarlo.
4. ¿A qué hora del día o de la noche está peor de su dolencia? Especifique una hora si puede.
No tengo una hora específica del inicio de la crisis, pero siempre esta peor por la noche.
5. ¿Qué síntomas puede Ud. identificar como acompañantes de su dolencia principal? (tanto si están relacionados o no; por ejemplo, dolor de cabeza con náusea, calambres menstruales con diarrea, frío con irritabilidad y enfado)
Antes de la crisis noto tensión en el músculo que va desde el hombro hacia el cuello, el ojo izquierdo empieza a notar un peso dentro.
[…]
28. ¿Cómo se siente antes, durante y después de las comidas?
Bien antes, durante y algunas veces demasiado llena al final.
29. ¿Qué le gustaría comer más? (independientemente de las calorías, grasas o cuanto haya leído sobre la manera correcta de comer)
Me gustaría comer más clases de pescados y más variedad de frutas y alguna vez un plato de postre muy elaborado.
30. ¿Qué comidas le disgustan o rechaza comer? ¿Qué comidas le sientan mal y de qué modo?
Casi todo que sea carne me disgusta y algunas carnes no como. Me sienta mal la comida elaborada con trigo, cebada, almendras y la lactosa de la leche.
31. ¿Cuánto líquido bebe al día? Incluya refrescos, zumos, café, té, leche y bebidas alcohólicas además del agua. ¿Es Ud. una persona con mucha sed? ¿A qué temperatura suele Ud. tomar sus bebidas?
Alrededor de 3 litros al día. No tengo mucha sed, pero me obligo a beber. Normalmente lo tomo a temperatura ambiente.
[…]
35. Número de embarazos, número de hijos, número de abortos naturales, número de abortos.
Un solo embarazo con una hija.
36. ¿A qué edad empezaron sus menstruaciones? Si ha llegado Ud. a la menopausia, ¿a qué edad?
Mi regla empezó con 10 años. No tengo la menopausia.
37. ¿Con qué frecuencia vienen (o venían) sus menstruaciones?
Siempre cada 28 días, un día arriba un día abajo.
38. ¿Y qué puede decir sobre su duración, abundancia, color, hora del día en que eran mayores, cualquier olor o coágulos?
La duración antes de tomar anticonceptivos era de una semana con mucha abundancia de sangre roja y olor a sangre. Actualmente dura menos, pero es color es más oscuro con coágulos y el olor es mucho más fuerte.
39. ¿Cómo se siente antes, durante o después de las menstruaciones?
El día antes no tengo molestias, alguna molestia de ovarios los dos primeros días y después ningún dolor.
[…]

6.6.1.2.- Estudio del caso 1
Este caso me llegó por correo electrónico a través de una amiga personal. Entre otras informaciones que aportó en otros correos fue que tenía problemas digestivos: flatulencias, estreñimiento y la lengua con saburra y muy fisurada.
Como tratamiento principal, le recomendé un drenaje general, compuesto de BERBERIS VULGARIS, NUX VOMICA, CHELIDONIUM, CARDUUS MARIANUS y LYCOPODIUM. A Esto añadí NATRUM SULPHURICUM en presentación como biosal, ya que ayuda a la limpieza profunda celular.
Debido al hecho de su lengua con saburra, estreñimiento y exceso de flatulencias, le recomendé NATRUM PHOSPHORICUM como biosal, ya que es el mejor equilibrante de ácido-base para el organismo.
Los síntomas que repertoricé de su cuestionario fueron los siguientes:
CABEZA - DOLOR - Lados - izquierdo
CABEZA - DOLOR - Lados - noche; por la
CABEZA - DOLOR - Lados - menstruación - antes de la
GENERALES - COMIDA Y BEBIDA - pescado - deseo de
GENERALES - COMIDA Y BEBIDA - fruta - deseo de
GENERALES - COMIDA Y BEBIDA - carne - agr.
GENERALES - COMIDA Y BEBIDA - leche - agr.
GENERALES - COMIDA Y BEBIDA - farináceos - agr.
Y la repertorización me mostró los siguientes remedios que muestro en la tabla siguiente:
De todos ellos, aparece con mayor rango NATRUM MURIATICUM, que además de problemas digestivos está indicado con gran éxito en el tratamiento de problemas de tipo hormonal y de sus efectos colaterales.
Dentro del apartado de deseos y aversiones alimentarias es muy marcado el hecho de que no tome durante sus migrañas ni carne, ni farináceos o derivados de los cereales ni leche. Podemos entender que éste es un caso crónico, ya que lleva así desde los 18 años, pero curiosamente el paciente ha seleccionado adecuadamente los alimentos que no debe consumir. Por eso, se le prescribió un tratamiento de drenaje durante el cual al organismo se le facilita la liberación de toxinas y de restos metabólicos, haciéndole recuperar el equilibrio ácido-base.
Posteriormente al tratamiento de drenaje y durante el tratamiento de la migraña se le aconseja tomar prebióticos para repoblar su flora intestinal y semillas de lino siempre que sienta que el estreñimiento vuelve a aparecer.
No se le recomienda ningún régimen alimenticio ni restricción dietética aparte del arriba mencionado, dado que su constitución y la relación entre su talla y su peso nos sitúan a la paciente dentro de la normalidad.


6.6.2.- Caso 2
6.6.2.1.- Anamnesis del Caso 2
Paciente: L.H.M.
Sexo: Varón
Edad: 50 años
Altura: 185
Peso: 86

1. ¿Cuál es su dolencia principal? Cuénteme todo cuanto sea posible, incluyendo en qué está peor y por qué está peor: las sensaciones, la clase de dolor, la localización, cómo se ve afectada su actividad y energía (por ejemplo, si la dolencia le ha vuelto intranquilo, débil, nervioso, ansioso, irritable, hipersensitivo; si ha afectado a su sed o a su apetito, a su temperatura corporal y todo cuanto pueda señalar).
Espondilitis. Inflamación de las articulaciones (manos y rodilla) Empezó hace 20 años con dolores en la espalda, después dolores artríticos en las manos, después en los pies ahora en la rodilla. Se inflama y se pone rojo; luego se le pone la mano como de cera y tiene la sensación como de un bicho moviéndose. Mejora con frío local.
2. ¿Cuándo empezó el problema? ¿Qué pasó alrededor de su vida en aquel momento? ¿Qué piensa Ud. que lo causó?
La muerte de su padre y su posterior marcha a Suiza a estudiar y trabajar.
3. ¿Qué agrava su dolencia principal y qué la provoca o exacerba? (por ejemplo, ciertos tipos de comida o el tiempo meteorológico, el movimiento, la luz, el ruido, la compañía, hablar, el frío o el calor, o cualquier otra cosa que Ud. pueda imaginar. Por favor, sea lo más específico posible) ¿Qué mejora su dolencia? (por ejemplo, el calor o el frío, el masaje, comer, estar tumbada, la música, la compañía,...) ¿Qué hace Ud. para intentar sentirse mejor?
El alcohol: cuando tiene dolor, le duele más y está peor después de beber alcohol. No puede mover las manos. El frío local le quita la sensación, pero no hace desparecer la inflamación. En los momentos de crisis no funciona la medicación.

4. ¿A qué hora del día o de la noche está peor de su dolencia? Especifique una hora si puede.
Peor a partir de después de comer. Mejora si está relajado, sin movimiento, en descanso.
5. ¿Qué síntomas puede Ud. identificar como acompañantes de su dolencia principal? (tanto si están relacionados o no; por ejemplo, dolor de cabeza con náusea, calambres menstruales con diarrea, frío con irritabilidad y enfado)
Decaimiento moral antes de la crisis. Le molesta que le hablen.
6. Entorno: Con relación a las estaciones, el tiempo, la temperatura exterior, la temperatura interior, las corrientes de aire, la calidad del aire, el aire acondicionado, el aire marino, el aire de la montaña, la humedad, el sol, la lluvia, los rayos, las tormentas, las nubes, la niebla, etc. ¿Qué factores ambientales le dan a Ud. confort y alivio y cuáles incomodidad y estrés? Trate de dar ejemplos.
En vacaciones no le dan crisis.
7. ¿Qué posición es más confortable para Ud.?
Tumbado
8. ¿Tiende Ud. a ser friolera o calurosa? ¿Hay partes de su cuerpo que están más frías o calientes que el resto? ¿Hay una hora especial del día o de la noche en que están más frías o más calientes?
Muy caluroso, con pies y manos ardiendo.
9. ¿Es el sudor un asunto que le concierna? Si es así, ¿cuándo? ¿En qué parte del cuerpo? (pies, cabeza, pelo, pecho, axilas...). ¿Deja mancha de algún color particular?¿Es particular su olor? Describa cómo es el estado de su lengua
Suda mucho en la nuca y en los pies
10. ¿Cómo se siente antes, durante y después de las comidas?
Antes con irritabilidad por el hambre. Come deprisa y se siente muy cansado después de comer.
11. ¿Qué le gustaría comer más? (independientemente de las calorías, grasas o cuanto haya leído sobre la manera correcta de comer)
Le gusta mucho la carne y las patatas fritas y de cualquier otra manera.
12. ¿Qué comidas le disgustan o rechaza comer? ¿Qué comidas le sientan mal y de qué modo?
No soporta el marisco
13. ¿Cuánto líquido bebe al día? Incluya refrescos, zumos, café, té, leche y bebidas alcohólicas además del agua. ¿Es Ud. una persona con mucha sed? ¿A qué temperatura suele Ud. tomar sus bebidas?
Tres litros de agua diarios y dos whiskys por la noche.
14. Otras indicaciones
Es hipertenso de nacimiento. Padeció Hepatitis A.

6.6.3.2.- Análisis del Caso 3
Este paciente acude por primera vez y se le toma el cuestionario anterior. Además de lo que cuenta, nos muestra también una serie de abultamientos en brazos y manos que han sido diagnosticados como lipomas.
Se le recomienda un drenaje general y se le prescribe Phytolacca.
De entre las recomendaciones dietéticas que se le se proponen resaltamos:
Reducción de la ingesta de cereales. Es posible tomar arroz integral pero moderadamente.
Restricción de lácteos.
Restricción de carnes y embutidos
Restricción de café y alcohol.
Estas restricciones son fundamentales para que tenga éxito el drenaje general.
Una vez acabada la etapa de drenaje, y mientras dure el tratamiento puede volver a comer estos productos pero con moderación.
Por lo que respecta al remedio homeopático, al repertorizar aparece Phytolacca y atendiendo a sus deseos y aversiones, vemos que es el similimum, porque entre las aversiones aparece el alcohol y empeora también por el alcohol, la comida muy caliente, la limonada y la leche. Mejora por bebidas y comidas frías. Y tiene como antídotos el café, la leche y la sal.
Por todo ello, definitivamente se le aconseja durante todo el tratamiento la restricción de alcohol y de café, para evitar empeoramiento y que sea antidotado.

7. CONCLUSIONES
Desde el punto de vista de mi praxis homeopática y dietética, que he intentado ilustrar a lo largo de estas páginas, puedo afirmar que el resultado de la interacción y refuerzo de ambas especialidades no hace sino reforzar cuanto los antiguos homeópatas decían y afirmaban sin tener ni tantos datos como tenemos nosotros ni tanta investigación. Ellos llegaron por observación y por experiencia –además de los conocimientos de su época, claro-; nosotros llegamos por la puesta en práctica, bajo criterios científicos y éstos, unidos a nuestra experiencia hacen que los desequilibrios con que acuden los pacientes a la consulta de homeopatía, se deshagan y los pacientes se recuperen más rápida y eficazmente, ayudando también el mantenimiento de pautas dietéticas y nutricionales a que la enfermedad tarde mucho más en aparecer o no aparezca en niveles de afectación como los anteriores.


8. BIBLIOGRAFÍA
· Bruckner, Th; Álvarez, P.; Diccionario terapéutico homeopático. Madrid, Miraguano ediciones, 1996, 846 pags.
· Clarke, Diccionario de Materia médica Práctica, New Delhi, B.Jain Publishers, 1998. 3 vols. 2.842 pags
· Ghosh, B.K. Alimentos: Deseos y aversions con sus efectos. New Delhi, B. Jain Pub. ?¿, 136 pags.
· Hahnemann, S.; Organon de la medicina racional”, Traducción y comentarios del Dr. Bernardo Vijnovsky, Buenos Aires, Estilos Graficos, 2005
· Hahnemann, Samuel. Materia Medica Pura. Edición de R.E. Dudgeon. New Delhi, B.Jain Publishers, 2002, 2vols, 818 pags
· Harper, Jean. Los alimentos, medicina milagrosa. Barcelona, Amat, 2006, 480 pags
· Hernández Ramos, Felipe. Antienvejecimiento con nutrición ortomolecular. Barcelona, Integral, 2007, 660 pags
· Jensen, Bernard. Foods that heal. A guide to understanding and using the healing powers of natural foods. New Delhi, B. Jain Pub. 2004, 238 pags.
· Kent, J.T. Lectures on Homeopathic Materia Medica, Calcutta, Sett Dey & Co, 1962, 974 pags
· Santwani, M.T. Practical diet guide in Homeopathy. New Delhi, B.Jain Pub., 2007, 30 pags.
· Sear, Barry. La revolucionaria dieta de la Zona. Barcelona, Urano, 1998, 238 pags.
· Sears, B,; Lawren, B. Dieta para estar en la Zona. Barcelona, Urano, 1996, 334 pags
· Sears, Barry. En la Zona con Omega Rx. Barcelona, Urano, 2005, 348 pags
· Sears, Barry. La Inflamación silenciosa. Cómo combatirla con la dieta de la Zona. Barcelona, Urano, 2007, 344 pags
· Shukla, Chetna S. Food Similla. The individualized diet. New Delhi, IBPP, 2006, 394 pags.
· Sutarwala, J. Restricciones dietéticas y recomendaciones en Homeopatía, New Delhi, B.Jain Pub. 2003, 38 pags.
· Uriarte, Xavier. Alimentación, Neurología y alteraciones de la conducta. Madrid, Mandala, 2006, 414 pags

9. ANEXOS